ABC Y SUS LECTORES
Los límites de la ironía
Hay cuestiones, como el derecho a la vida, valor supremo, demasiado sensibles para los lectores, que a menudo no toleran que la ironía añada ambigüedad a los argumentos que manejan nuestros columnistas y colaboradores. Valga como ejemplo este ejercicio de autocrítica. «Quisiera agradecer al señor González Esteban –escribe GREGORIO GUITIÁN, profesor de la Universidad de Navarra– la observación que hace en su carta del pasado domingo, en relación con el artículo titulado “Eutanasia a la holandesa”, que escribí en la Tribuna Abierta el pasado 26 de octubre. Pedía el Sr. González una aclaración sobre la frase “la primera ley holandesa (1993) era ideal”, que efectivamente puede dar pie a un malentendido. Empleo el adjetivo “ideal” con una intención totalmente irónica, pero hubiera quedado más claro entrecomillando el adjetivo o precisando que “fue presentada como ideal”. Usé ese adjetivo porque quienes promovieron y defendieron esa ley la vieron ingenuamente de forma idealizada (porque según ellos incluía unos controles rigurosísimos y estaba pensada solo para casos muy concretos y extraordinarios). Pero lamentablemente los hechos lo han desmentido dramáticamente. El
señala en su carta que «durante mucho tiempo he estado luchando en el aula contra lo que académicamente se llaman “barbarismos”, es decir, contra el uso de extranjerismos en nuestra lengua, cuando ya existe el término correspondiente en español». «Pues bien, en su digno diario del 7 de noviembre me encuentro dos hechos, a mi parecer, contradictorios: por una parte en la página 49, sección de Cultura, encontramos una defensa clara y nítida de la lengua española a través de una entrevista que ustedes potencian con Santiago Muñoz Machado; por otra, hallo en la página 19 de la sección de España una información en cuyo título aparece el barbarismo “fake news”.¿ No podría haberse sustituido este término por el de “noticias falsas”, que es más español?¿No suena esto a algo de esnobismo o pedantería?».