LA INVOLUCIÓN, DESDE EL GOBIERNO
La TVE de Rosa María Mateo está para la propaganda y exaltación gubernamental, no para el periodismo
« EL Reino Unido ha aceptado las exigencias que había marcado España y por tanto España levantará el veto y votará mañana a favor del Brexit». ¿Se puede mentir con más indignidad que el doctor Sánchez? ABC.es publicó ayer una carta del embajador británico ante la UE al secretario general del Consejo Europeo en la que le aclara que «no hay ninguna duda sobre la soberanía británica sobre Gibraltar, incluyendo las aguas territoriales de Gibraltar» y que la colonia está incluida entre los territorios cuya política exterior corresponde al Reino Unido, por lo que Londres seguirá negociando «unas apropiadas y beneficiosas relaciones con la Unión Europea, que tengan en cuenta sus actuales relaciones con la UE». Es decir, en contra de lo que consiguió el Gobierno Rajoy en 2017, Sánchez ha logrado que España quede excluida de toda negociación sobre Gibraltar. No paramos de mejorar.
Más allá de la incompetencia del Gobierno de Sánchez, que afortunadamente no negoció nada, porque si lo hubiera hecho habríamos perdido hasta Sanlúcar de Barrameda, este asunto pone de manifiesto con más fuerza que nunca la gravedad del momento político que vivimos. El pasado sábado, a las tres y cuarto de la tarde, el presidente del Gobierno irrumpió en las televisiones públicas y privadas –es decir, en el domicilio de todos los españoles– para decir una gran mentira. A partir de ahí, algunos medios privados como ABC estamos luchando por conseguir documentos como éste, que ha logrado el corresponsal de ABC en Bruselas, Enrique Serbeto, para demostrar a los españoles las mentiras de su presidente. Mas un documento OFICIAL de esa relevancia no ameritó ni una mención en el «Telediario» de TVE de la misma hora que la mentira de Sánchez. La TVE de Rosa María Mateo está para la propaganda y exaltación gubernamental, no para el periodismo.
Esta táctica apunta maneras. Llevo días dando vueltas a lo que nos espera. Temo, por primera vez desde la restauración de 1975, que España marche hacia la involución desde el Gobierno. Temo que el día de las elecciones generales, a las 22,00 horas, salga el ministro del Interior a dar unos resultados falsos. A esa hora los partidos no tendrán todavía su recuento. Cuando al fin llegue éste, la reacción del Gobierno y sus medios afines será decir que los fachas no aceptan la voluntad del pueblo. Y aducirán que los sondeos del CIS que llevamos meses viendo ya anticipaban ese resultado. Los sociólogos más solventes descalifican radicalmente esos sondeos, pero pueden ser parte de una coartada para justificar un gran fraude electoral.
En estos momentos la voluntad de confrontar al Gobierno y contar la Verdad brilla por su ausencia en los medios de comunicación. Yo sólo me atrevo a poner la mano en el fuego, entre los medios de cobertura nacional, por ABC, la COPE y Trece TV. Los demás están a ver qué mamandurria le sacan al Gobierno. Nuestra democracia está más amenazada que nunca desde 1975. Mucho más que el 23-F, porque aquella asonada militar no tenía el respaldo de medios ni de población. Pero el régimen antidemocrático de Sánchez tiene mucho apoyo.
Comprendo que muchos crean que un fraude electoral es casi imposible. Ojalá. Pero aquí estamos hablando de romper la baraja. De que Sánchez y sus medios acusen a los demás de no aceptar la «verdad» que él proclame. Es lo que hace constantemente. Y para quienes duden de que pueda hacerlo en una elección, recuerden aquel 1 de octubre de 2016 en Ferraz, donde detrás de una cortina había una urna llena de papeletas antes de empezar la votación.