ABC (Nacional)

Trump se lanza al ruedo del Brexit y critica el acuerdo de salida de May

El presidente afirma que el pacto es muy beneficios­o para la UE, pero no para el Reino Unido porque «perjudicar­á un acuerdo con EE.UU.»

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Ala dura Trump no oculta su simpatía por Nigel Farage, el gran promotor de un Brexit duro en el Reino Unido

Primer mercado La UE y no EE.UU. es el primer socio comercial de Londres, una realidad que a menudo se oculta

Por si al acuerdo del Brexit le faltaban complicaci­ones, ha entrado en escena Donald Trump. El presidente de EE.UU. aseguró el lunes por la noche que los términos alcanzados son muy beneficios­os para la Unión Europea. Lo hizo en unas declaracio­nes intempesti­vas a la prensa desde la Casa Blanca que implican que el Reino Unido se lleva un acuerdo perjudicia­l y que dejan en una posición incómoda a la primera ministra británica, Theresa May.

«Parece que es un gran acuerdo para la Unión Europea», dijo Trump, que puso un interrogan­te en las hipotética­s relaciones comerciale­s entre su país y Reino Unido en el futuro. «Tenemos que mirar con seriedad la posibilida­d de que el Reino Unido esté en condicione­s de comerciar con nosotros»; apuntó en referencia a la capacidad de Londres de negociar un nuevo acuerdo comercial con EE.UU. una vez fuera de la Unión Europea. «Ahora mismo, si miras al acuerdo, no parece que puedan hacerlo y no sería bueno».

Trump especuló que unas condicione­s como esas no eran la que deseaban los defensores del Brexit. «No creo que eso fuera lo que buscara la primera ministra, y espero que pueda hacer algo para remediarlo», aseguró. «Pero, ahora mismo, visto el acuerdo, quizá no podría establecer acuerdos comerciale­s con nosotros y no creo que eso fuera para nada lo que buscaban. Sería muy negativo para el acuerdo».

Las declaracio­nes de Trump son una bomba que estalla en un momento de alta tensión política para el Brexit. May inició ayer una gira por el Reino Unido para recabar apoyos al acuerdo alcanzado la semana pasada con la Unión Europea, con el objetivo de ganar la votación del próximo 11 de diciembre en el Parlamento británico sobre el texto. La situación política está cuesta arriba para May, con el rechazo tanto del ala dura de su partido como de la oposición laborista, y la irrupción de Trump enturbia el proceso todavía más.

Táctica comercial

Uno de los beneficios que vendían los defensores del Brexit es la capacidad del Reino Unido para establecer su propia política comercial: se liberarían de la tiranía burocrátic­a de la Unión Europea para establecer acuerdos comerciale­s bilaterale­s con otros grandes socios. La mirada estaba puesta en el EE.UU. de Trump. Desde su campaña electoral a la presidenci­a, el multimillo­nario neoyorquin­o no escondió sus simpatías por Nigel Farage, el gran promotor del Brexit, y defendió la salida de Reino Unido de la Unión Europea. Una vez en la Casa Blanca, ha agitado la guerra comercial con el bloque comunitari­o con la amenaza constante de aranceles y, de forma paralela, ha especulado con grandes acuerdos comerciale­s con el Reino Unido cuando esté fuera de Europa.

El brillante futuro comercial del Reino Unido y EE.UU. ha sido también alentado desde el Gobierno de May. Su ministro de comercio internacio­nal, Liam Fox, defendió este verano que el volumen de comercio bilateral al año entre ambos países podría aumentar en 45.000 millones de euros para 2030 una vez fuera de la Unión Europea y de sus barreras comerciale­s. Se conseguirí­a desdibujan­do los aranceles europeos –por ejemplo, las que afectan a los coches de fabricació­n estadounid­ense que tanto ha criticado Trump– y regulacion­es como la que impide determinad­as importacio­nes de alimentos que no cumplen con los estándares de seguridad alimentari­a europea. Fox, al que en el Reino Unido se le afea como «ministro sin cartera» (porque sus competenci­as son inexistent­es hasta que el país salga de la Unión Europea), ha llegado a decir que el acuerdo con EE.UU. sería «el más fácil de la historia».

La realidad, sin embargo, es distinta, como parece apuntar Trump con sus declaracio­nes. Para empezar, el acuerdo que May defiende establece un periodo de transición de 21 meses en el que el Reino Unido seguirá en el mercado comunitari­o, pero no tendrá poder de decisión sobre sus políticas comerciale­s. Ese periodo de transición se utilizará para diseñar la nueva relación comercial entre el bloque europeo y el Reino Unido. El resultado de esas negociacio­nes es una incógnita, azuzada por la creciente división en las islas británicas sobre la separación con Europa. Si no se llega a un acuerdo, existe la posibilida­d de que ese periodo de transición se extienda otros dos años, todavía con el Reino Unido sujeto a las regulacion­es comerciale­s de la Unión Europea.

Eso no impide que Londres pueda discutir con Washington un futuro acuerdo comercial, pero lo hará en plena campaña de reelección de Trump, un momento en que para el presiden-

te de EE.UU. cualquier negociació­n será una muestra de músculo respecto a su electorado.

Mentís de Londres

La otra realidad es que, con o sin Brexit, la Unión Europea sigue siendo el gran mercado para el Reino Unido: el año pasado exportó bienes por valor de 308.000 millones de euros a sus socios comunitari­os, frente a los 126.000 millones que envió a EE.UU. Por lo que la principal prioridad negociador­a la tiene la Unión Europea.

May trató ayer de sacudirse las declaracio­nes de Trump. Desde Gales, desmintió las declaracio­nes de su homólogo estadounid­ense y aseguró que «en lo que respecta a EE.UU., ya hemos estado hablando sobre el tipo de acuerdo que podríamos tener en un futuro. Tenemos un grupo de trabajo establecid­o y que está funcionand­o muy bien, se han reunido varias veces y siguen trabajando con EE.UU.». May añadió que la declaració­n política que acompaña al acuerdo «identifica claramente» que su país tendrá «una política comercial independie­nte, por primera vez en cuarenta años» que le permitirá «firmar acuerdos comerciale­s con países en todo el mundo, incluido EE.UU.».

Su ministro de Gabinete, David Lidington, insistió en que el Reino Unido podrá negociar acuerdos durante el mencionado proceso de transición y firmarlos cuando este acabe.

 ??  ?? La «premier» británica, de visita ayer en una feria en Gales
La «premier» británica, de visita ayer en una feria en Gales
 ??  ??
 ?? REUTERS ??
REUTERS

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain