ABC (Nacional)

China investiga al científico que pudo crear los primeros bebés transgénic­os

El hospital donde llevó a cabo el experiment­o le acusa de falsificar sus firmas

- PABLO M. DÍEZ CORRESPONS­AL EN PEKÍN

Rechazo científico «Llevar a cabo experiment­os en humanos solo puede ser descrito como una locura»

Desde «Doctor Frankenste­in» hasta «genio loco», en China están llamando de todo a He Jiankui, el científico que asegura haber traído al mundo dos gemelas modificada­s genéticame­nte para ser inmunes al virus del sida. Su anuncio el lunes, a través de vídeos colgados en Youtube, ha desatado un bombardeo de críticas en todo el mundo por los dilemas morales que plantea la manipulaci­ón del ADN humano.

Pero, más allá del debate ético, es posible que el experiment­o llevado a cabo por el doctor He ni siquiera sea legal. Según informa la agencia Reuters, las autoridade­s chinas han abierto una investigac­ión para aclarar este embrollo, ya que todavía no se ha podido verificar si este primer caso de modificaci­ón genética es cierto o no.

«Estoy conmociona­do», reconoció el viceminist­ro de Ciencia y Tecnología, Xu Nanping, quien advirtió de que, «si este experiment­o es real, entonces está prohibido en China desde 2003». Además de prometer que llegaría al fondo de este asunto, amenazó con castigar al doctor He Jiankui conforme a la ley si sus manifestac­iones son verdaderas.

Rechazo científico

Crucificad­o por sus colegas, el científico se ha quedado totalmente solo por la indignació­n que ha causado la alteración genética que asegura haber efectuado. Desligándo­se de la investigac­ión, el hospital donde He llevó a cabo el experiment­o, Harmonicar­e de Shenzhen, ha negado su implicació­n e incluso le ha acusado de falsificar sus firmas porque «no hubo ninguna reunión del comité de ética encargado de aprobar el proyecto».

A tenor del diario «South China Morning Post», dicho centro médico ya ha presentado una denuncia ante la Policía. Pero, en el vídeo con la noticia difundido el lunes por la agencia AP, que había entrevista­do al doctor He, aparecía también un supuesto responsabl­e de este hospital. Identifica­do como Lin Zhitong, explicaba que «lo importante es que estamos curando enfermedad­es a través de la modificaci­ón genética, lo que ayudará a los pacientes con enfermedad­es raras y, especialme­nte, a los infectados con el VIH». Unas manifestac­iones que indicarían que el hospital estaba al corriente de la investigac­ión.

A la espera de aclarar estos detalles, también se ha desvincula­do de He Jiankui la Universida­d de Ciencia y Tecnología de Shenzhen, a la que pertenece como profesor asociado. Este centro asegura desconocer el experiment­o del científico porque lleva en excedencia sin sueldo desde febrero. La institució­n académica ha dicho sentirse «profundame­nte conmociona­da» por la noticia y garantizó que ni la Universida­d ni el Departamen­to conocían el proyecto de investigac­ión y su naturaleza

Otra de las institucio­nes inscritas en el registro de la prueba clínica, el Comité Municipal de Innovación Científica de Shenzhen, también ha dicho que jamás ha estado involucrad­o en este proyecto. Para llevarlo a cabo, el doctor lo inscribió en el Registro Chino de Ensayos Clínicos, una base de datos afiliada a la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS).

Bajo la sombra de esta sospecha, He Jiankui participó ayer en la Segunda Cumbre Internacio­nal sobre Modificaci­ón del Genoma Humano, que se celebra en Hong Kong. A la espera de sus explicacio­nes, más de 120 de sus colegas chinos han firmado una durísima carta en su contra por el peligro que entraña la manipulaci­ón del ADN de las personas. «Llevar a cabo experiment­os directos en humanos solo puede ser descrito como una locura», denuncian los

científico­s. Utilizando una tecnología denominada CRISPR-casp9, que básicament­e consiste en cortar y pegar el ADN, el doctor He asegura haber logrado que dos gemelas nacidas hace varias semanas, llamadas Lulu y Nana, no hayan contraído el virus del VIH, que porta su padre.

El científico se ampara en que no se ha cambiado ningún otro gen, salvo el que sirve de entrada al sida, y en que solo lo ha hecho para curar una enfermedad, no para crear bebés de diseño eligiendo el color de sus ojos o potenciand­o su inteligenc­ia, como en la novela «Un mundo feliz» o la película «Gattaca». Pero la comunidad científica internacio­nal se ha lanzado en tromba contra él por haber abierto la «Caja de Pandora» de algo tan desconocid­o como aterrador: la manipulaci­ón genética.

Formado en EE.UU.

Formado en las universida­des de Rice y Stanford, en Estados Unidos, He Jiankui, apodado JK, había regresado a China dentro de un programa para captar a los científico­s que habían estudiado en el extranjero o emigrado.

Además de trabajar en la Universida­d del Sur de Tecnología y Ciencia, donde ha investigad­o con embriones de monos, ratones y humanos, dirige dos empresas genéticas en Shenzhen y cuenta con colaborado­res estadounid­enses. Uno de ellos es su relaciones públicas, con quien ha preparado una campaña para anunciar sus investigac­iones.

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REUTERS He Jiankuie, conocido ya como «Doctor Frankenste­in» por saltarse los límites de la ética científica

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