La sonda InSight de la NASA dice «hola» y despierta en Marte
El artefacto, que aterrizó allí el lunes, está listo para comenzar su trabajo
Después de una gran fiesta cuesta trabajo volver a la realidad. Lo sabe muy bien el equipo de científicos e ingenieros de la NASA que este lunes vivió una intensa jornada en la que lograron posar la sonda InSight sobre la superficie de Marte. Después de las merecidas celebraciones, durante la tarde de ayer volvieron al trabajo ya con la confirmación definitiva de que el robot ha hecho sus propios deberes.
A las 05.30 de la madrugada de ayer, el vetusto satélite marciano 2001
Mars Odissey recogió las tranquilizadoras señales emitidas por las antenas de la InSight y que indicaron que los paneles solares, que tenían que desplegarse 16 minutos después del aterrizaje, se han abierto y están recargando las baterías de la máquina. Además, en Tierra se recibió un nítido autorretrato captado por el aparato.
«El equipo de InSight puede descansar mejor ahora que sabemos que los paneles solares están desplegados y recargando las baterías», dijo ayer Tom Hoffman, director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena (California). «Ha sido un largo día para el equipo. Pero mañana –es decir, durante la tarde de ayer– comienza un excitante nuevo capítulo para InSight:
Brazo robótico Colocará varios instrumentos en la superficie de Marte después de buscar una zona despejada
las operaciones de superficie y el comienzo de la fase de despliegue de los instrumentos».
Los ingenieros pudieron respirar tranquilos después de confirmar que el par de paneles solares de la sonda, cada uno de los cuales mide 2,2 metros de largo, están captando la lánguida luz solar que llega hasta Marte. Esta modesta radiación, que genera una potencia comparable a la que haría falta para encender una batidora, es fundamental para operar los instrumentos y hacer experimentos.
Próximos pasos
En los próximos días, el brazo robótico de InSight despertará. En primer lugar se moverá por los alrededores para observar el terreno situado bajo la sonda con una cámara que lleva acoplada. De esta forma, los científicos pasarán varias semanas buscando el lugar más adecuado para colocar los instrumentos, lejos de la presencia de incordiosas piedras.
Una vez tomada la decisión, el brazo robótico cogerá el sismógrafo, un instrumento que se llama SEIS, y lo colocará en Tierra. Horas después, colocarán un escudo protector encima de este. Más adelante, comenzarían las perforaciones con un taladro equipado con sensores de temperatura, y llamado HP3.
Está previsto que los trabajos científicos comiencen dentro de dos o tres meses. Consistirán en medir temblores marcianos y la temperatura del interior para deducir la historia del planeta y su estructura interna. Esto es clave para comprender la geología de la Tierra y de exoplanetas lejanos.