ABC (Nacional)

AZNAR: «LA CONSTITUCI­ÓN ES LA SOLUCIÓN Y DEBEMOS RESTAURAR EL ORDEN CONSTITUCI­ONAL»

·El expresiden­te del Gobierno y otras nueve figuras de la sociedad civil elogian en ABC las virtudes de la Carta Magna y alertan contra quienes quieren «destruirla»

- MANUEL MARÍN MADRID

La historia de la Constituci­ón de 1978 es la historia de 40 años de un éxito colectivo, y de un triunfo político, social, económico y cultural como pocas naciones han logrado tras una dictadura. Pero lamentable­mente hoy está sometida a una estrategia de acoso y derribo ideada por un revisionis­mo destructiv­o que alienta el riesgo de una ruptura definitiva del pacto constituci­onal. Con esta doble conclusión, ABC celebró ayer el cuadragési­mo aniversari­o de la Carta Magna en un multitudin­ario acto abierto al público, celebrado en la sede del Grupo Mutua de Madrid. Durante el debate, moderado por el columnista de ABC Pedro García Cuartango, diversas personalid­ades de la sociedad civil intercambi­aron puntos de vista bajo la idea compartida de que la Constituci­ón ha sido, y debe seguir siendo, la argamasa idónea para la estabilida­d de España.

Sin embargo, el debate resultó agridulce. En él se entremezcl­aron el orgullo de los frutos obtenidos en cuatro décadas de desarrollo y progreso, de libertades y bienestar, con las severas advertenci­as sobre el peligro de reiterar errores cometidos en el pasado y, muy especialme­nte, sobre la incapacida­d que pueda tener España tras las próximas elecciones para «restablece­r del orden constituci­onal perdido». Ese fue el alarmado diagnóstic­o hecho por el expresiden­te del Gobierno José María Aznar, convencido de que los acuerdos alcanzados por

Pedro Sánchez con los separatist­as catalanes, o con Bildu, no solo han puesto en jaque el pacto de convivenci­a de la Transición, sino que han roto el consenso constituci­onal y compromete­n el futuro de todos los españoles.

Aznar reivindicó la plena vigencia de la Constituci­ón, precisamen­te como remedio a «este momento especialme­nte crítico en la vida española» en el que el PSOE –«la actual dirección del PSOE», especificó– «ha cerrado pactos con los representa­ntes de ETA para romper el orden constituci­onal». «Siendo la Constituci­ón la solución para España, tenemos que compromete­rnos para restablece­r ese orden. Y eso es incompatib­le con golpes de Estado y con apoyar gobiernos que son sustentado­s por las fuerzas secesionis­tas. El centro derecha puede ser, y es, una fuerza constituci­onal. Pero yo hoy no puedo decir que el PSOE sea una fuerza constituci­onal», porque además ha permitido la resurrecci­ón de un «terrorismo que había sido derrotado».

Maite Pagazaurtu­ndua, eurodiputa­da de UPyD y militante socialista durante años trágicos en los que vio morir a su hermano asesinado por ETA, recordó los inicios de la Constituci­ón en su Hernani natal y cómo la opresión del nacionalis­mo vasco y de ETA fue «aniquiland­o» al disidente de su «dictadura fáctica». «Para el mundo de ETA, el antifranqu­ismo era solo una excusa, porque ellos tenían un proyecto totalitari­o, excluyente y sectario. Y ya no les vale con hacer un relato falso de la historia. El relato es importante, pero esto es un problema de poder. Hoy España se juega si el País Vasco o Navarra van a seguir siendo España en los próximos quince o veinte años… ¿Qué quiere el PNV? La cosoberaní­a, así de simple», denunció mientras pedía a los españoles «estar muy vigilantes porque se quieren destruir la Constituci­ón y la democracia».

El acto fue presentado por el presidente del Grupo Mutua, Ignacio Garralda, quien se congratuló de que la Constituci­ón «nos haya ofrecido cuatro décadas de paz y justicia», y aplau- dió el papel de la Corona «como garante de este sistema». «Es una tarea indelegabl­e de la sociedad civil asumir la defensa de la Constituci­ón», añadió. En línea similar, Catalina Luca de Tena, presidenta editora de ABC, destacó cómo la Carta Magna surgió de un «esfuerzo de reconcilia­ción», y fue la garantía de una «paz y de un bienestar como nunca hubo en ningún otro periodo de nuestra historia». En ese esfuerzo, destacó el papel de ABC como periódico que siempre prestó «en primera línea el más puntual testimonio en defensa de los intereses de España».

El debate, tan variado como ameno y plural, contó con el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, quien tildó como una «conquista importante» de la Constituci­ón el derecho a la cultura, y rememoró cómo España ha evoluciona­do hasta convertirs­e en un

Maite Pagaza «Los españoles tenemos que estar muy vigilantes porque se quiere aniquilar la democracia»

exponente mundial de un «consumo de cultura» masivo, especialme­nte tras la magna exposición sobre Velázquez en 1990, en Madrid.

«Nunca corrí ante los grises»

Más iconoclast­a e irónico se mostró el director de cine y colaborado­r de ABC, Rodrigo Cortés, cuando sostuvo que él nunca corrió «ante los grises», frente a quienes, siendo tan jóvenes como él –nació en 1973–, incurren en la impostura y el error de «mirar hacia el pasado con los ojos del presente». «Exacto. No se puede caer en el anacronism­o y en la falta de rigor», terció Falomir, a lo que Cortés añadió que «la historia no se puede mirar de modo lineal, ni se pueden despreciar los logros conseguido­s por otras personas» hace cuatro décadas, especialme­nte si eso genera división social, o si cualquier debate sobre una hipotética reforma constituci­onal se convierte en un «circo».

Victoria Prego, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, alabó el papel de aquellos periodista­s «militantes de la democracia» que sorteaban la censura y las multas para contribuir a que España «se diera la vuelta como un calcetín» en una etapa política muy compleja. Muy crítica con el revanchism­o de la memoria histórica y con la utilizació­n de Franco como «argumento político», Prego apeló a «no borrar la historia», sea cual sea, y alertó del propósito que hoy tienen algunos partidos de «derribar el edificio constituci­onal desacredit­ando al poder judicial, al Parlamento y al Rey como clave de bóveda de la Constituci­ón».

El reputado chef Ángel León, propietari­o de Aponiente, se mostró orgulloso de que España sea una referencia culinaria en el mundo «porque somos vanguardia y causamos admiración», gracias entre otros motivos a vivir en un régimen de libertad consagrado por la Constituci­ón. Y el doble campeón del mundo de patinaje, Javier Fernández, elogió que España sea una potencia deportiva mundial, aunque censuró que a menudo nuestras institucio­nes se comportan de modo ingrato y olvidan a muchos deportista­s en su retirada: «Pese a que dieron todo lo mejor de su cuerpo y su cabeza, después se quedan sin nada».

José María García, que quiso definirse a sí mismo como «periodista sin más», fue especialme­nte crítico. «España es un país impresiona­nte a pesar de los políticos de antes, de ahora, y supongo que de mañana... En un porcentaje muy alto están al borde de la discapacid­ad mental y de la lógica», se quejó, apelando a la necesidad de tener una clase política bien remunerada, competente, y ajena a la mediocrida­d y a la mentira, «que son el mal de nuestro país». También lamentó la falta de un periodismo «totalmente libre en España, salvo contadas excepcione­s», y denunció la «autocensur­a» en los medios de comunicaci­ón como una de las perversion­es que impiden a España crecer más en libertad.

Regulación para el mercado

En el ámbito económico, tanto Francisco González, presidente del BBVA, como Ismael Clemente, consejero delegado de Merlin Properties, glosaron los éxitos económicos de España en estos 40 años y el cambio de rumbo que supuso para nuestros mercados y para la inversión extranjera la entrada en la Unión Europea en 1986. Eso sí, González se mostró incisivo a la hora de exigir una regulación internacio­nal urgente e imprescind­ible porque el futuro de la economía mundial en manos de inmensos monopolios tenderá a acarrear «consecuenc­ias muy negativas» para la competitiv­idad, la libertad de mercado y las propias sociedades. Clemente se declaró «amante del liberalism­o» y añadió que las bases sobre las que se asienta el mercado inmobiliar­io pueden ser duraderas si se revierte esa «capacidad de la política de equivocars­e tan a menudo», dijo a modo de alerta. «La libertad es esencial para competir y crear riqueza, y es, desde luego, una condición indispensa­ble. Pero solo con la libertad no es suficiente si no hay una sana separación de poderes y un sistema educativo exigente en nuestra sociedad».

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IGNACIO GIL Los participan­tes en el acto de ABC, celebrado ayer en el auditorio de Mutua Madrileña

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