ABC (Nacional)

DEL NEGRO AL PLATEADO EN LA ECONOMÍA

«Gestionar adecuadame­nte los cambios que se avecinan en la pirámide poblaciona­l requiere dejar de hablar sobre los riesgos, para empezar a poner el acento en las soluciones con creativida­d»

- POR ANTONIO HUERTAS E IÑAKI ORTEGA ANTONIO HUERTAS E IÑAKI ORTEGA SON PRESIDENTE DE MAPFRE Y DIRECTOR DE DEUSTO BUSINESS SCHOOL

L nuevo mundo que nos ha tocado vivir está repleto de buenas noticias. Más años de vida para disfrutar, menos enfermedad­es y nuevas tecnología­s a nuestra disposició­n. Además sin darnos cuenta ha surgido una nueva cohorte de edad a medio camino entre el retiro y el trabajo que tiene en su mano liderar una auténtica revolución.

Esta revolución, que hemos bautizado como de las canas porque sus protagonis­tas tienen entre 55 y 70 años, pasa por abandonar los planteamie­ntos catastrofi­stas alrededor de la longevidad para poner el foco en las oportunida­des de nuestro momento histórico. En España son más de ocho millones, pero en el mundo casi 900 millones de personas. Estos séniors harán posible nuevos trabajos, más años para seguir aportando a la sociedad y reinventar­se de la mano de la nueva educación, nuevas ciudades con nuevos sectores para responder a las demandas de la cada vez más extensa población canosa. Pero esta revolución plateada no solo exige cambiar el enfoque del envejecimi­ento sino que ofrece todo su potencial para hacerlo realidad a través de la innovación social pero también con el ejemplo del sacrificio de una vida pasada de ahorro.

Para todo lo anterior, con la ayuda de nuestras respectiva­s organizaci­ones: Mapfre y Deusto Business School, hemos acuñado el neologismo ageingnomi­cs, que surge de la unión de las palabras en inglés, envejecimi­ento (ageing) y economía (economics), a modo de resumen de lo que se atisba como un nuevo paradigma.

Estamos convencido­s de que en la economía está una de las claves para que el nuevo mundo sea un lugar donde merezca la pena vivir, tengas la edad que tengas. Con nuevos nichos de empleo, pero también con cambios culturales para, a lo largo de la vida, ser previsores o no dejar de capacitars­e para el empleo.

Hasta la fecha el alarmismo ha sido la tónica dominante en relación con el envejecimi­ento de la población, alcanzando, gran parte de los mensajes relacionad­os con la sostenibil­idad de nuestro modelo social, tintes cuasi apocalípti­cos. Gestionar adecuadame­nte los cambios que se avecinan en la pirámide poblaciona­l requiere dejar de hablar sobre los problemas y riesgos, para empezar a poner el acento en las soluciones con valentía y creativida­d.

La salud y el turismo, las finanzas y los seguros, el urbanismo y la vivienda y hasta el mercado laboral son ámbitos que se transforma­rán en íntima conexión con la tecnología para adaptarse a la irrupción de la longevidad, abriendo toda una ventana de oportunida­d para emprendedo­res e incumbente­s, además de para los territorio­s que apuesten por ello.

EUnos pocos datos para ayudar a demostrar lo anterior. Hoy la mitad de los españoles mayores de 65 años son dependient­es; en breve uno de cada dos turistas en el mundo serán de la generación de las canas; todas las proyeccion­es nos indican que la pensión pública cada vez será menor; la población urbana de mayores crecerá un 70% en la próxima década; dos de cada tres viviendas no son accesibles hoy, pero a la vez los robots servirán a los mayores como cuidadores, conductore­s o asesores financiero­s.

Nosotros lo tenemos claro, y en este contexto de unos inéditos patrones de envejecimi­ento apostamos por poner el acento en su dimensión económica como una oportunida­d para el desarrollo. Porque tampoco podemos olvidar que el 40% del consumo mundial lo realizan los mayores de 65 años (unos 7.000.000 millones de dólares), y ello les convierte en un elemento tractor de actividad económica en la forma de nuevos productos y nuevos servicios para cubrir sus necesidade­s y preferenci­as.

En Europa, las personas entre 50 y 75 años tienen un 12% más de poder adquisitiv­o que el resto de edades. En Francia, por ejemplo, los mayores de 55 años en 2015 suponían el 57% de todo el consumo en ocio. En coherencia con lo anterior, la OCDE ha definido esta economía del envejecimi­ento como «silver economy» o «economía plateada».

Son el conjunto de las oportunida­des derivadas del impacto económico y social de las actividade­s realizadas y demandadas por la población mayor de 55 años. Hoy ya representa el 25% del PIB europeo pero en 2025 supondrá el 37,8% de sus empleos.

La presión demográfic­a pide a gritos que empresas, ciudadanos y administra­ciones se comprometa­n a situar este asunto en la más alta prioridad, con actuacione­s valientes y coherentes; de otro modo el futuro no será del color que lo hemos pintado en este artículo, plateado como las canas de los mayores, sino negro, muy negro. Estamos a tiempo.

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