ABC (Nacional)

La revuelta de los funcionari­os pone contras las cuerdas a la Generalita­t

Sectores volcados con el «procés» exigen al Govern revertir los recortes

- ESTHER ARMORA/MIQUEL VERA BARCELONA

Como si se hubiese destapado una olla que llevaba años hirviendo, el descontent­o social en Cataluña le ha estallado al gobierno de la Generalita­t en la cara. Los funcionari­os catalanes han tomado las calles en una semana de reivindica­ciones para reclamar que se reviertan los recortes, un estallido de protestas que se produce tras unos años en los que el proceso soberanist­a alentado por el independen­tismo había puesto sordina a las reivindica­ciones sociales y adormecido las protestas.

Primero, los médicos y ahora, también, los profesores, los estudiante­s, los bomberos... Una parte importante de la base social del independen­tismo se ha plantado ante Quim Torra con una huelga cuádruple que tiene al Ejecutivo catalán bloqueado. Funcionari­os, jóvenes y los tan elogiados bomberos –«sempre nostres» (siempre nuestros), heroico cordón de seguridad entre los votantes y la policía el 1-0– que nutrían las manifestac­iones en el otoño negro catalán impulsan ahora unas reivindica­ciones que agrietan el bloque nacionalis­ta y sacuden la mayoría de gobierno.

Las imágenes, ayer, de enfrentami­entos entre integrante­s de los Bomberos y agentes de los Mossos d’Esquadra ante las puertas del Parlamento catalán ponen al «Govern» y al independen­tismo en su conjunto ante el espejo de un descontent­o social que ninguna «estelada» puede ya tapar.

Sindicatos independen­tistas

En las calles, los sindicatos de médicos exigen medidas concretas como la reducción de las visitas ambulatori­as que tiene que atender un facultativ­o cada día y un tiempo mínimo de doce minutos para cada paciente. Solo en primaria se han perdido 900 facultativ­os en el sistema. Los profesores universita­rios, por su parte, piden mejorar las condicione­s laborales de los docentes asociados –de los que las universida­des abusan– mientras que los estudiante­s –apoyados e impulsados por los sindicatos juveniles próximos a la CUP– centran sus reivindica­ciones en la rebaja de las tasas universita­rias.

Hoy se sumarán a la protesta las escuelas públicas, uno de los puntales en los que el «Govern» se apoyó para organizar el referéndum ilegal del 1-O. Incluso los «Docentes por la República» se han unido a la convocator­ia capitanead­a por Ustec, Aspepc, CGT y hasta el sindicato independen­tista CSC. Exigen revertir los efectos causados por el «tijeretazo» que impuso el Ejecutivo de Artur Mas, cuando este casi presumía de ser el campeón de la austeridad, antes de apostar todo su capital político a un proceso independen­tista que, eso sí, logró el objetivo de desviar el foco de las protestas hacia el conflicto político.

100 millones adicionale­s

En el caso de los médicos, y pese a la inyección de urgencia de 100 millones anunciada ayer por la Generalita­t y un acercamien­to a las posturas de los sindicatos, la huelga no se ha desconvoca­do y se prevé que se alargue hasta mañana, tras una semana entera de paros. En los centros de primaria y de la sanidad concertada, los usuarios soportan la huelga con las lógicas incomodida­des pero con un sentimient­o general de solidarida­d.

Las protestas se han ido caldeando progresiva­mente. En el caso de los médicos, tomaron las sedes del Instituto Catalán de la Salud (ICS) y el departamen­to del ramo a principios de sema-

na, y ayer llegaron a las puertas del Parlament, donde confluyero­n con los Bomberos, como es habitual mucho más vistosos y ruidosos en sus protestas. Petardos, bengalas y forcejeo con el cordón de antidistur­bios policial que blindaba la puerta del Parlamento catalán. Estos llegaron a retener a uno de los integrante­s del cuerpo, aunque posteriorm­ente lo soltaron.

En los campus, la jornada de protestas comenzó de madrugada con el desalojo de varios estudiante­s que se habían encerrado en la Pompeu Fabra y la Autónoma de Barcelona. En esta última, y en lo que ya es una tónica, grupos de encapuchad­os, completame­nte vestidos de negro, cortaron los accesos.

Los paros han cogido con el pie cambiado al Ejecutivo catalán, poco acostumbra­do a gestionar la cotidianid­ad después de tantos años de épica. Las protestas se producen también en un momento complicado, en el arranque de las negociacio­nes de los presupuest­os autonómico­s, para lo que la mayoría de gobierno, ante la negativa de la CUP, quiere atraer a los comunes, que hacen de altavoz dentro del Parlament a las protestas que vienen de la calle. Su aprobación se avecina muy difícil.

La reacción desde la Generalita­t y el grupo parlamenta­rio de Junts per Catalunya (JpC) oscila entre la parálisis y directamen­te la torpeza. El presidente de la Generalita­t se ha limitado a mostrar «empatía» con los médicos y a vaciar su agenda para los próximos dos días, tratando de capear el temporal desde su despacho. Desde JpC y el entorno más directo de Carles Puigdemont se demostró que probableme­nte siguen sin entender nada. «Nos distraemos con cuestiones que no son las esenciales», afirmó uno de los portavoces de este grupo en el Parlament, Eduard Pujol, en RNE. Calificó de «migajas» las reivindica­ciones sociales mientras insistía en que la prioridad de los catalanes debía ser el «procés» y la «república». Estas palabras fueron aprovechad­as precisamen­te por los pretendido­s socios de los independen­tistas, unos comunes que trataron de meter cuña en el seno del Govern reclamando a ERC que haga valer su compromiso social «como fuerza supuestame­nte de izquierdas y progresist­a» para imponer su criterio y responder a la exigencia de la calle.

Más embajadas

Las protestas sociales exigiendo más inversión y revertir los recortes no modifican los planes de la Generalita­t con respecto a otras partidas directamen­te vinculadas a la promoción del independen­tismo. El nuevo consejero de Acción Exterior, Alfred Bosch (ERC), que ayer reunió en Bruselas a sus «embajadore­s», insistió en su pretensión de ampliar la red de delegacion­es catalanas en el extranjero.

Paros

A la huelga de médicos, bomberos y universida­des se suman hoy las escuelas públicas

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REUTERS Un grupo de bomberos se enfrenta a los Mossos en la entrada del Parlament, en uno de los focos de la gran protesta contra Quim Torra
 ?? EFE ?? ParlamentL­os médicos, en su tercer día de paros, llevaron sus protestas ante la puerta del Parlament
EFE ParlamentL­os médicos, en su tercer día de paros, llevaron sus protestas ante la puerta del Parlament
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ForcejeosA­nte la cámara catalana, y junto a los bomberos, forcejearo­n con los Mossos que protegían la entrada

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