Roban un cuadro de Renoir pocas horas antes de su subasta en Viena
Un cuadro del pintor impresionista francés Pierre-Auguste Renoir (1841-1919) que iba a salir ayer a la venta en la casa de subastas vienesa Dorotheum ha sido robado por desconocidos, confirmaron fuentes policiales.
«De acuerdo con el estado actual de la investigación, tres hombres, actualmente desconocidos y aparentemente profesionales» robaron el lunes una pintura de Renoir que estaba expuesta en el segundo piso del Dorotheum, explicó la Dirección de la Policía de Viena en un comunicado citado por Efe.
«Los hombres abandonaron el lugar por diversas salidas», prosigue la Policía, que ha publicado las fotos de los presuntos ladrones, ya que fueron grabados por las cámaras de vigilancia del edificio, situado en el centro de Viena.
Doris Krumpl, portavoz del Dorotheum, confirmó a Efe que la obra robada es «Golfe, mer, falaises mertes», firmada por Renoir en 1895, un paisaje en óleo de 27x40 centímetros tasado en entre 120.000 y 160.000 euros, y afirmó que este robo es completamente inusual.
El Dorotheum, que con cerca de 250.000 objetos vendidos al año es la mayor casa de subastas de del centro de Europa, «cuenta con amplias medidas de seguridad. Nuestras obras de arte están aseguradas y en las pasadas décadas ningún cuadro había sido robado», dijo.
El cuadro sustraído formaba parte de la subasta titulada «Clásicos del Modernismo», que se celebró ayer, como estaba previsto, tras eliminar el cuadro de Renoir de la lista de obras de la venta.
La mencionada subasta incluía un segundo lienzo de Renoir, así como obras de Pablo Picasso, Henri Rousseau, Giorgio de Chirico, Marc Chagall, Fernando Botero, Emil Nolde, Henri Matisse, Gustav Klimt, Egon Schiele, Alred Kubin, Carl Moll y Roberto Sebastian Matta, entre otros.
La televisión pública austríaca ORF informó del robo en la noche del martes, pero en ese momento tanto la Policía como el Dorotheum declinaron confirmar o desmentir la noticia.
Según la ORF, en una de las grabaciones de las cámaras de seguridad se puede ver cómo un desconocido «descuelga una obra de la pared, la sujeta bajo el brazo, abandona el edificio con toda calma y desaparece luego entre los transeúntes del centro de Viena».