La Zarzuela exhuma «María Pilar», de Gerónimo Giménez
«Es una obra maestra», asegura el director musical, Óliver Díaz
Cuando asumió la dirección del Teatro de la Zarzuela, hace tres años, Daniel Bianco quiso contar con Jesús López Cobos de manera habitual. «Al foso yo no bajo», le espetó el director de orquesta. Se comprometió, sin embargo, a dirigir conciertos, y expresó su deseo de descubrir alguna partitura nueva. El teatro, con la complicidad de la SGAE y del musicólogo, le envió varias partituras. Cuando leyó «María del Pilar», de Gerónimo Giménez, López
Cobos no lo dudó. «Ésta».
Su muerte, en marzo de este año, le ha impedido presidir la exhumación de un título que se estrenó en el Teatro Circo Price de Madrid el 17 de diciembre de 1902, y que desde entonces ha permanecido en los cajones. La Zarzuela la presenta el 30 de noviembre y el 2 de diciembre en versión de concierto –«se dedicarán a la memoria del maestro López Cobos», dice Bianco–, con la dirección de Óliver Díaz y un reparto que componen Carmen Solís, Iwona Sobotka, Marina Rodríguez-Cusí, Andeka Gorrotxategi, Rubén Amoretti, Damián del Castillo, David Sánchez, Jorge RodríguezNorton y Mario Gas.
No es el primer título que rescata la Zarzuela en los últimos años, ni tampoco el primero que presenta en forma de concierto. La endeblez del libreto es lo que ha llevado a elegir esta fórmula; la dramaturga María Velasco ha recontado la historia que narrará Mario Gas, con
Olvido La obra no se ha vuelto a interpretar desde su estreno, el 17 diciembre de 1902 en el Price
los dieciséis números que tiene la partitura salpicándola. De la música dicen Óliver Díaz y Daniel Bianco que «es una obra maestra», El director musical coincide con los cantantes en señalar que se trata de una obra extremamente exigente. «Bebe en fuentes centroeuropeas, tiene ambiciones operísticas; hay muchos momentos wagnerianos, orquestaciones idénticas a las de Chaikovski, hay algo de Verdi... Y por supuesto mucho de Giménez; él era un gran director de orquesta, y ese aspecto deja huella en esta obra. Se teje a base de «leitmotivs»; cada personaje tiene su tema musical.
Como en tantas obras del patrimonio musical español, ha sido necesario reconstruir la partitura. De ello se ha encargado Juan de Udaeta, que asegura que ha sido un proceso laborioso, porque para la edición ha tenido que recurrir a las «particellas» de los distintos instrumentos, «y después darle homogeneidad a los acentos, los “staccatos”, etcétera», dice el músico.