ABC (Nacional)

Toque de atención a la desgana de Isco

Su descarte en Roma fue el castigo de Solari por una falta de actitud en los entrenamie­ntos que pasó a los partidos

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN MADRID

Isco no hace autocrític­a Su postura ante el trabajo es pasiva, sin ambición; el Madrid desea recuperarl­e, falta que el jugador quiera

Sabe mucho este tipo de manejar tiempos y situacione­s. Solari lo ha dicho todo en tercera persona, sin mencionar a Isco. Sus elogios a Llorente, Lucas y Benzema lo desvelaban todo para el buen entendedor: «Marcos y Lucas luchan siempre, en los entrenamie­ntos y en los partidos. Y Benzema es generoso con el equipo». Es lo que el entrenador achaca al centrocamp­ista malacitano, una falta de actitud en el trabajo diario que ha trasladado a los partidos. Eso es lo peor.

Su segunda parte en Éibar, al saltar al campo tras el 3-0, colmó la paciencia del cuerpo técnico. No mostró ganas de revertir el estado de las cosas. Puedes jugar bien o mal, pero debes demostrar que deseas intentarlo. El jugador mantuvo una «disparidad de criterios» con Santi Sánchez, primer ayudante de Solari, tras el encuentro. El castigo disciplina­rio fue su descarte en Roma. Sabía que no se vestiría. La importante victoria en la Champions quedó empañada por esta situación de un futbolista. El Real Madrid y el entrenador piden al mediocampi­sta que se cuide y se entregue, para ayudar al Real Madrid en estos momentos clave. Y por su propio bien.

Otros lo dan todo sin queja

¿Cómo se germinó este problema?. Todo comenzó cuando Solari le pidió a Isco que variara su forma de jugar pocos días después de llegar al cargo el 29 de octubre. El entrenador dialogó con el andaluz para que no retuviera el balón en los contragolp­es y soltara antes la pelota hacia Bale, Benzema o Lucas. No era una cuestión técnica nueva para el futbolista. Pero el líder de la selección española considera que no recibe este rol en el Real Madrid y ha encajado mal su situación en el club, donde nunca ha sido catalogado como un hombre importante en el juego y eso le molesta. Solari expuso la guinda de una sensación. Desde entonces no hubo cercanía entre el argentino y el español.

Su desconvoca­toria para el primer partido del técnico, en Melilla, era normal. Quería dar minutos a Vinicius, Llorente, Fede Valverde, Odriozola y Reguilón, que no jugaban con Lopetegui. El lance de la foto en Instagram de Isco en esa noche de Halloween era baladí, aunque inoportuno. Más importante fue que el malacitano se vio suplente en el primer partido de Liga de Solari, frente al Valladolid. Disfrutó de la media hora final ¿Por qué? Porque Lopetegui precipitó la reaparició­n de Isco tras la operación de apendiciti­s, sin estar recuperado, y el internacio­nal no rindió frente al Levante (1-2) y el Barcelona (5-1). El nuevo responsabl­e del Real Madrid decidió que Isco debía obtener una mejor condición física. Jugó 17 minutos en Pilsen (0-5). La suplencia sin disputar ni un minuto en Vigo, donde el equipo consiguió un triunfo balsámico en la Liga, 2-4, fue el penúltimo detonante del distanciam­iento. Las lesiones de Nacho y Casemiro forzaron cambios obligados y el malagueño se quedó sin fútbol. La crisis estaba larvada.

El mediocampi­sta se marchó concentrad­o con España y volvió a sentirse protagonis­ta. Su regreso a la Liga fue duro. Solari prefería en Éibar a Ceballos y a Lucas, hombres que lo dan todo sin quejarse, antes que a Franciso Alarcón. Con el 3-0 en el marcador, el argentino sacó al andaluz en busca de una reacción. Su actuación fue nula, como el resto del conjunto. La discusión con la mano derecha del técnico era producto de un enfado, pero también de una falta de autocrític­a. Cuando Ramos señaló a todos por su falta de actitud incluía también a Isco, que disputó media hora y nunca se notó que entraba fresco.

No hay una actitud positiva

Las palabras de Marcelo tras la victoria de Roma, al cuestionar­le el descarte de Isco, rubricaban muchas cosas: «Debe trabajar más para jugar». Es lo que el club y Solari echan de menos: implicació­n. No se encuentra en forma y no se observa un trabajo concienzud­o para alcanzar un mejor estado. Se delata un actitud negativa, pasiva, en vez de querer convencer al técnico. James, que no se llevó bien con Zidane, siempre rindió o lo intentó. La estructura física de Isco hace que mida 1,76 y pese 79 kilos. Por eso mismo debe cuidar su peso y esmerarse. El Real Madrid desea recuperar su mejor versión. Falta que el andaluz quiera.

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ABC Isco solo ha jugado con Solari 79 minutos en seis partidos

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