El base que se ha ganado el corazón de España
Quino Colom, que debutó oficialmente con la selección hace un año, se ha convertido en una pieza clave para Scariolo que sopesa seriamente llevarlo al Mundial
La selección española quiere sellar ya su billete para el Mundial del próximo verano. Para ello, los hombres de Sergio Scariolo tienen ante sí una doble oportunidad hoy ante Turquía (17.00
horas, Cuatro) y el domingo frente a Ucrania (18.00 horas, Cuatro). Dos triunfos situarían a España con los dos pies en China 2019, pero incluso podría bastar con una sola victoria si se dan los resultados adecuados.
Para conseguirlo, Scariolo volverá a contar con el mismo núcleo de jugadores que le ha llevado hasta aquí perdiendo solo un partido. Una mezcla de veteranos y jóvenes talentos que han sabido conjuntarse para sacar adelante una situación complicada.
Por eso, la de esta «selección de las ventanas es una historia muy bonita a la que le falta aún un capítulo por escribir», como reconocía a principios de semana Sergio Scariolo, que ha aparcado sus labores de asistente en los Raptors de la NBA para dirigir estos dos encuentros con España. Él será el líder fuera de la cancha. Dentro, la cabeza visible del equipo volverá a ser Quino Colom, el gran descubrimiento de estos partidos de clasificación. Uno de los pocos jugadores que tiene opciones reales de ser elegido para estar en la lista del Mundial dentro de nueve meses.
La historia del base andorrano y la selección española comienza hace un año en Burgos. Allí, cumplidos ya los 29 años, debutó oficialmente con la camiseta del equipo nacional. Un sueño que había tenido desde que era un niño y que se hizo realidad con la llegada de las polémicas ventanas de clasificación. «Sabes que es muy complicado, pero nunca pierdes la ilusión. En cada lista esperaba que mi nombre estuviera presente. Que me dieran esa oportunidad que tanto esperaba», explica a ABC horas antes de viajar a Ankara.
Este trotamundos de la canasta empezó jugando en su Andorra natal, para pasar por Lérida, Zaragoza, Hospitalet, Fuenlabrada, Madrid y Bilbao antes de poner rumbo al extranjero en 2015. «En aquel momento creo que sí esperaba más interés por parte de los clubes españoles. Ninguno me dio la oportunidad, así que tuve que irme fuera a buscarme la vida», explica. Fichó por el Unics Kazán, donde pasó tres años muy buenos que le sirvieron para llamar la atención del seleccionador.
«Hay mucho nivel en el equipo nacional, pero claro que jugar el Mundial es una posibilidad. Sería muy bonito que el final de esta selección de las ventanas terminara con una medalla en China. Me sentiré partícipe de ella esté o no allí», reconoce el andorrano, el héroe español que quiere cerrar su brillante participación con la selección ganando esta tarde en Ankara a Turquía y el domingo a Ucrania.