Reconocimiento facial
José Antonio Griñán achacó su comparecencia en la comisión del Senado a la coincidencia con las elecciones andaluzas y a la vez se abstuvo de hacer comentarios en ella por su coincidencia con el juicio de los ERE. Movido por esta lógica a la medida permaneció en silencio, lo que le libró de perpetrar alguna joya del cinismo como aquella de Michael Heseltine: «Soy humilde para reconocer mis errores pero lo suficientemente astuto para olvidar cuáles han sido», condenándole a cambio a la penitencia de escuchar en silencio, no tanto lo que dijera el miembro de la comisión del PP, que importaba poco (la comisión es un grupo de personas que individualmente no pueden hacer nada que se reúnen para decidir que en grupo no pueden hacer nada) sino algo mucho más suculento y descriptivo: las grabaciones.
Estas grabaciones serán conocidas en Andalucía, pero fuera lo son muy poco o nada. Una lástima, porque definen con precisión y gracia vernácula la naturaleza del régimen cienmillonario de enchufismo, colocación, digitalización, politización y corrupción de la Junta. Son como tutoriales: «La Junta explicada al empleado», «La Junta explicada al adjudicatario».
En la primera, un responsable de Mercasevilla detallaba el criterio de las subvenciones. «La Junta tiene un esquema de funcionamiento muy simple: yo colaboro con quien colabora». Basado todo en un principio de credulidad en el colaborador: «La Junta nos dice esto es para los niños saharauis, y yo me creo que es para los niños saharauis. Serán para carteles de Felipe González, pero yo me creo que es para los niños saharauis».
En otra grabación, una delegada de la Junta recordaba a los subordinados que sus empleos dependían de que ganara el PSOE, respetando, eso sí, la ideología de cada cual. Se podía ser socialista de derechas, socialista comunista o incluso socialista de UPYD. Les animaba a salir de la oficina (o a no pisarla) para pedir el voto. «Esto es lo más parecido a los Testigos de Jehová».
Todo esto lo escuchó Griñán sin que se le cayera la cara de ser Griñán (le hicieron el reconocimiento facial) aunque el gesto sí le fue cayendo un poco. Pero ¿por qué? El PSOE andaluz ha sido un entramado de Testigos de Jehová pidiendo dinero para los niños saharauis.