Del amarillo al rojo
Le faltó tiempo a Quim Torra para acudir al lastimero y mentiroso «España nos roba» e intentar sacudirse su responsabilidad en el hartazgo mayúsculo de los funcionarios catalanes por la caótica gestión de la Generalitat separatista. Médicos, estudiantes, profesores, bomberos y otros colectivos siguen movilizados para protestar, en la calle, contra la inacción de un Ejecutivo entregado solo al delirio independentista, área que no conoce recorte alguno, y que no ofrece otra solución que culpar al Estado de su propia incompetencia. En las protestas desaparecieron casi por completo el amarillo y las esteladas que predominaban en las últimas manifestaciones, color y enseña que caracterizan el «procés».
Tampoco tardó mucho el Gobierno de Sánchez en intentar sacar tajada de las huelgas ofreciendo a la Generalitat que apoye los Presupuestos Generales del Estado, a lo que se viene negando mientras los golpistas sigan procesados. Cada uno a lo suyo. No especificó Carmen Calvo, encargada de esta última oferta de mercadeo, cuántos recursos más destinará a Cataluña. En realidad, con esta propuesta la vicepresidenta viene a avalar, de forma irresponsable, la teoría de Torra de que el culpable de la situación es el Estado, cuando en realidad es la nefasta gestión de los separatistas la que está conduciendo a los catalanes a la ruina. Marcha de protesta de los estudiantes contra la Generalitat, ayer, en la Ciudad Condal