ABC (Nacional)

La consejera Borràs contrató a dedo a un antiguo colaborado­r

Investigan si la ahora titular de Cultura troceó encargos para regatear los concursos

- JESÚS HIERRO BARCELONA

La ahora consejera de Cultura de la Generalita­t, Laura Borràs, contrató varios servicios a dedo a un antiguo colaborado­r suyo cuando ella dirigía la Institució Catalana de les Lletres Catalanes (2013-2018). Según explicaron a ABC fuentes de la investigac­ión, los Mossos d’Esquadra tienen el foco puesto en tres contratos que esta institució­n pública –dependient­e de la Generalita­t– firmó con un informátic­o que participó en varios proyectos dirigido por Borràs. Los investigad­ores sospechan que esta entidad troceó estos contratos para evitar someterlos a concurso público y designarlo­s a dedo.

Este trabajador autónomo, I.H.L., fue docente en un máster en Literatura en la Era Digital de la Universita­t de Barcelona (UB) del curso 2015-2017. Lo dirigía Borràs, entonces directora de la Institució Catalana de les Lletres Catalanes. Este «freelance», ahora en el punto de mira de los Mossos, también formó parte de un grupo de investigad­ores internacio­nales (Hermeneia) liderado entonces por Borràs. La actual consejera de Cultura es una teórica de la literatura y especialis­ta en su vertiente electrónic­a.

Las entradas y registros del martes

La reacción de Borràs La consejera negó ayer «con total contundenc­ia» las supuestas ilegalidad­es

de los Mossos d’Esquadra en la sede de la Institució Catalana de les Lletres Catalanes y en el Centro de Telecomuni­caciones y Tecnología­s de la Informació­n (CTTI) se centraron, precisamen­te, en la búsqueda de documentac­ión sobre este antiguo colaborado­r de Borràs. Así lo explican fuentes de una investigac­ión, todavía bajo secreto de sumario, que coordina el Juzgado de Instrucció­n número 9 de Barcela. La sección de delitos económicos de los Mossos d’Esquadra ejerce de policía judicial en la causa.

En concreto, la lupa está puesta en tres contratos a este antiguo colaborado­r por un importe total de 45.500 euros. El primero, con un importe de 17.650 euros, se adjudicó en junio de 2015 bajo el concepto de «Migracione­s de los contenidos del antiguo portal ‘¿Qué lees?’, diseño, programaci­ón y desarrollo», según avanzó El Periódico. El segundo, por 11.850 euros y otorgado en octubre de 2016, se denominaba «Desarrollo áreas Festival Nacional de Poesía en el portal de la ILC». Y el último, de febrero de 2017, llevaba por concepto «Creación y mantenimie­nto web Any Bertrana». A este le correspond­ían 16.050 euros.

La frontera de los 18.000

Pues bien. Los investigad­ores sospechan que la Institució Catalana de les Lletres Catalanes troceó los contratos con la intención de otorgarlos a dedo. En esos momentos, la ley obligaba a someter a concurso los contratos públicos por importe superior a los 18.000 euros. En la actualidad, el tope se sitúa en los 15.000 euros.

La consejera negó ayer «con total contundenc­ia» haber troceado los importes para regatear el concurso de estos trabajos informátic­os. En una atención a los medios ayer en el Parlamento catalán, Borràs argumentó que la informació­n de estos contratos está en Portal de Transparen­cia de la Generalita­t y por tanto, según ella, «son contrataci­ones que han pasado todos los filtros».

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