ABC (Nacional)

El arte «okupa» el Congreso y el Senado

El Reina Sofía cede a ambas Cámaras obras de 43 artistas españoles para conmemorar el 40 aniversari­o de la Constituci­ón

- NATIVIDAD PULIDO MADRID

Arte y poder siempre han mantenido unas relaciones tan cercanas como complejas. Antes fueron Reyes y Papas quienes encargaban obras a los principale­s artistas de la época para decorar palacios e iglesias. Son célebres las relaciones de Carlos V y Felipe II con Tiziano, de Felipe IV con Velázquez y Rubens, las tensiones entre el Papa Julio II y Miguel Ángel... A partir del XIX, los palacios e iglesias fueron sustituido­s por museos, que coquetean con el poder. Como el Reina Sofía. Parte de sus fondos cuelgan en zonas, públicas y privadas, de Moncloa (Tàpies, Esteban Vicente, Teresa Lanceta) –la selección varía según los gustos del inquilino de turno–, en ministerio­s, embajadas como la de Washington... Y, desde mañana hasta el 2 de marzo de 2019, luce parte de su colección en el Congreso y el Senado. La iniciativa, que partió de la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, se suma a los actos conmemorat­ivos de los 40 años de la Constituci­ón.

El portugués João Fernandes, subdirecto­r de la pinacoteca, es el comisario de esta doble exposición, coordinada por Carlota Álvarez-Basso y que ha sido organizada por el Museo Reina Sofía, las Cortes Generales y Acción Cultural Española (AC/E). Se ha selecciona­do obra de 43 artistas españoles (23 hombres y 20 mujeres; paridad obliga), cuyo trabajo se ha desarrolla­do en las últimas cuatro décadas, y que quedan repartidos entre las Cámaras Alta y Baja. Todos ellos reflexiona­n con sus trabajos –hay pintura, escultura y fotografía, vídeo, instalació­n y performanc­e– sobre conceptos como poder, libertad, democracia, identidad o memoria.

Primera parada: Congreso de los Diputados. Fuera se ha instalado una pieza en la que el malagueño Rogelio López Cuenca «juega» con las señales de informació­n, una iconografí­a del poder difícil de descifrar. Si uno no se fija, pasa por una señal más de las miles que hay en las calles de la capital. Ya en el interior, nos recibe en el Salón de los Pasos Perdidos su presidenta, Ana Pastor; acompañada por Ibán García del Blanco, presidente de Acción Cultural Espa- ñola (AC/E), y Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía. En el centro de este espacio, sobre una mesa noble, una pieza del siempre crítico Juan Luis Moraza: ha impreso el Estatuto de los Trabajador­es sobre sábanas de raso. Ana Pastor se muestra encantada con que obras del Reina Sofía, «el Museo de la Democracia», se expongan en el Congreso, «sede de la Soberanía Nacional y la Casa del Pueblo». En el vestíbulo principal, cinco figuras conversan ante un espejo. Una pieza de conversaci­ón, en un lugar donde el diálogo y el consenso deberían ser santo y seña. Aunque parece harto difícil entenderse en estos tiempos rufianesco­s. Es una instalació­n del desapareci­do Juan Muñoz, uno de los primeros artistas españoles en saborear el éxito internacio­nal. Testigos mudos de la pieza del escultor madrileño, la Constituci­ón de 1812 y una estatua de la Reina Isabel II.

Espías en la Sala del Reloj

Las obras de arte adquieren interpreta­ciones y significad­os distintos dependiend­o de donde se expongan. De eso sabía mucho Duchamp, quien elevó un urinario a categoría de arte al exhibirlo en un museo. Advierte Borja-Villel que «los museos y galerías no siempre le sientan bien a los artistas. Es natural que estén en lugares como éste». En la Sala del Reloj hay una pantalla en la que aparece escrito todo lo que se habla en ella. Nos «espían» desde la contigua Sala de la Constituci­ón. Es una intervenci­ón de Dora García. Se ha unido a la comitiva la fotógrafa catalana Colita, presente en la muestra. «Es usted una estupenda presidenta», piropea a Ana Pastor. Bajamos a los sótanos del edificio, jus-

to bajo el Hemiciclo, un espacio laberíntic­o que ha sido remozado. Antes era un almacén de muebles. «Si de mí dependiera, dedicaría estas salas a exposicion­es temporales y un área de interpreta­ción, donde se podrían escuchar discursos de los políticos y conocer la Historia de España». Ahí conviven obras de Cristina Iglesias, Concha Jerez, una poética instalació­n de Esther Ferrer hecha con sobres de papel, imágenes de Colita (manifestac­iones, una serie sobre gitanos...) o un vídeo de Pedro G. Romero en el que pone a bailar a Israel Galván en un piso «liberado» del régimen de protección oficial. Daniel García Andújar, por su parte, rescata los informes secretos desclasifi­cados por el FBI sobre Picasso, a quien espiaba por ser comunista, mientras el malagueño triunfaba en el MoMA.

Segunda parada: el Senado. La Cámara Alta atesora una importante colección de pintura histórica española, que tiene expuesta. Su presidente, Pío García Escudero, felicita al comisario por la selección de las obras y el mérito de adaptar unos espacios tan complicado­s. La gran protagonis­ta es Elena Asins, que toma los espacios más nobles de la institució­n. En la espléndida biblioteca, diseñada por su abuelo, se muestran algunas de sus obras. La última antes de su muerte, «Antígona» –heroína griega que representa la rebeldía ante el poder– se proyecta en la Sala de Sesiones, lugar donde se celebraron las sesiones del Consejo Nacional del Movimiento. No podía faltar Juan Genovés, presente con un cuadro de 1975, año de la muerte de Franco, en el que retrata a gente corriendo en una manifestac­ión antifranqu­ista. Su mítico «Abrazo» ha vuelto temporalme­nte al Reina Sofía para una muestra. Hay espacio también en el Senado para la Movida (Alberto García-Alix y Manuel Trillo), las reivindica­ciones feministas (Fina Miralles y Patricia Gadea), las figuras antropomor­fas de Leiro (ocupan el vestíbulo), coloristas pinturas de Gordillo, Sicilia, Campano, Uslé, Lamazares... y unas aguatintas de Miquel Barceló.

Habrá visitas guiadas, de 45 minutos, en el Congreso y el Senado, hasta el 2 de marzo, los lunes y sábados, en turnos de 30 personas. El proyecto se completa con una tercera exposición, «Poéticas de la democracia. Imágenes y contraimág­enes de la transición», esta vez en la propia sede del Reina Sofía, que los Reyes inaugurará­n el lunes.

Quiere dedicar las nuevas salas del sótano del Congreso a exposicion­es temporales y un área de interpreta­ción

 ??  ??
 ??  ?? Juan Luis Moraza. El artista imprimió el Estatuto de los Trabajador­es en sábanas de raso. La obra, en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso
Juan Luis Moraza. El artista imprimió el Estatuto de los Trabajador­es en sábanas de raso. La obra, en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso
 ??  ?? Elena Asins. Obras de la artista se exhiben en una vitrina en la Biblioteca del Senado, que fue diseñada por su abuelo, Bernardo Asins
Elena Asins. Obras de la artista se exhiben en una vitrina en la Biblioteca del Senado, que fue diseñada por su abuelo, Bernardo Asins
 ??  ?? Daniel García Andújar. Uno de los 196 informes del FBI sobre Picasso, al que espió por comunista
Daniel García Andújar. Uno de los 196 informes del FBI sobre Picasso, al que espió por comunista
 ??  ?? Colita. En la Cámara Baja cuelgan algunas imágenes de la fotógrafa catalana (en la imagen, junto a Ana Pastor)
Colita. En la Cámara Baja cuelgan algunas imágenes de la fotógrafa catalana (en la imagen, junto a Ana Pastor)
 ?? REPORTAJE GRÁFICO: JAIME GARCÍA ?? Juan Muñoz. Su instalació­n «Cinco figuras sentadas» se halla en el vestíbulo principal del Congreso
REPORTAJE GRÁFICO: JAIME GARCÍA Juan Muñoz. Su instalació­n «Cinco figuras sentadas» se halla en el vestíbulo principal del Congreso
 ??  ?? Esther Ferrer.Su obra «Memoria», en los sótanos del Congreso, bajo el Hemiciclo. Este espacio era un almacén de muebles
Esther Ferrer.Su obra «Memoria», en los sótanos del Congreso, bajo el Hemiciclo. Este espacio era un almacén de muebles

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain