Sevilla presenta a Murillo como el pintor total en una gran antológica
El Museo de Bellas Artes enmienda tópicos de uno de los grandes maestros europeos
Uno de los objetivos científicos del Año Murillo, que conmemora el IV centenario de su nacimiento, era dejar atrás el tópico de pintor edulcorado de santos e Inmaculadas, para mostrarlo como uno de los grandes maestros de la pintura, condición que tuvo entre sus contemporáneos –siendo un artista más cotizado que Velázquez y Zurbarán–, pero también hasta principios del siglo XX, como demuestra el expolio napoleónico de su obra en Sevilla.
La gran antológica que ha inaugurado este jueves el Museo de Bellas Artes de Sevilla, «Murillo. IV Centenario», ahonda en este planteamiento, a través de una selección de 55 cuadros, procedentes de una treintena de instituciones internacionales y agrupados en nueve ejes temáticos, que pretenden mostrar al Murillo real y a un pintor total, capaz de afrontar con maestría y excelencia la pintura de género, el retrato y la pintura religiosa, según señalan los comisarios de la muestra Valme Muñoz (directora del museo) e Ignacio Cano (conservador).
«Es un autor que reúne la excelencia técnica con la capacidad de comunicación», señala la directora del Bellas Artes sobre el protagonista de una exposición que «quiere desterrar tópicos que lo mostraban como un pintor demasiado edulcorado, cuando contaba con una técnica excepcional que le permite crear unas imágenes de gran intensidad».
Para mostrar esa maestría de Murillo, añade Ignacio Cano, se ha optado por un enfoque, más que cronológico, temático, donde se pudieran relacionar pinturas de diferentes épocas y mostrar su «constante proceso creativo» en aspectos que van desde el naturalismo que introdujo en la pintura religiosa a la belleza y dignidad con la que retrató a los niños menesterosos.
Esta última sección dedicada a la pintura, la de género, es uno de los grandes atractivos de la exposición, la más ambiciosa que se ha dedicado al pintor en la ciudad y que permanecerá abierta hasta el 17 de marzo. La mayoría de esta obra la adquirieron comerciantes flamencos durante el siglo XVII y fue muy apreciada fuera de España, quedando pocos ejemplos en territorio nacional.
Lo mismo sucede con los retratos, otro aspecto menos conocido en al obra de Murillo y que cuenta con numerosas obras en el extranjero o colecciones particulares en España. Entre ellos, destaca el préstamo al Bellas Artes del «Autorretrato» que alberga la Frick Collection de Nueva York. Otras instituciones que han prestado obra son el Metropolitan neoyorquino, el Museo del Louvre, la National Gallery o la Galleria Corsini de Roma. En total, 50 préstamos para una muestra que ha superado el millón de euros. Se muestran por primera vez en dos siglos una veintena de obras que salieron de España.
Entre ellas, destacan «La Virgen con el Niño», de la Galleria Corsini; «La Sagrada Familia (las dos Trinidades)», de la National Gallery; «Cristo recogiendo sus vestiduras», del Krannert Art Museum de Illinois; «San Pedro», de la Galleria Nazionale de Parma; y «Cuatro figuras en un escalón», del Kimbell Art Museum, de Forth Worth, una de las piezas más sobresalientes de la muestra. Otras obras destacadas, son «Las bodas de Caná», de la Universidad de Birmingham; «La Natividad», del Museo de Bellas Artes de Houston, realizada sobre obsidiana, o el «Ecce Homo», de una colección particular madrileña.