Por falta de fieles o de clero
El Papa bendice vender templos en desuso para ayudar a los pobres
Teniendo en cuenta que «muchas iglesias, necesarias hasta hace pocos años, han dejado de serlo por falta de fieles o de clero, o por cambios en la distribución de población en las ciudades o zonas rurales», el Papa Francisco señaló el jueves que su venta o transferencia «no debe verse con ansiedad, sino como un signo de los tiempos que nos invita a una reflexión y una adaptación».
Con la llegada del automóvil dejaron de ser necesarias decenas de miles de templos en aldeas o zonas rurales despobladas de América del Norte y Europa y que resultan imposibles de proteger de los robos. Pero como ha habido escándalos por el uso indecente o inmoral de antiguos templos desacralizados, o falta de respeto a la voluntad de los donantes, el Papa exhortó a los obispos a tomar decisiones solo «después de una consulta a la comunidad cristiana y en diálogo con la comunidad civil», basados en «una adecuada información, compartida lo mas posible».
Como siempre es doloroso desprenderse de un templo, y suele haber muchos destinos para el dinero que se recaude, Francisco invitó a no olvidarse de los pobres, ya que el patrimonio cultural está al servicio de «la sagrada liturgia, la evangelización y la caridad». En esa línea recordó el ejemplo del diácono mártir San Lorenzo, quien se presentó rodeado de pobres cuando las autoridades imperiales romanas le ordenaron entregar los tesoros de la Iglesia. Según el Papa, «la iconografía sagrada ha mostrado
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Reflexión «No debe verse con ansiedad, sino como un signo de los tiempos que nos invita a una adaptación»
muchas veces a San Lorenzo vendiendo ornamentos de culto caros para destinar el dinero a los pobres. Eso constituye una enseñanza constante pues el patrimonio cultural no tiene un valor absoluto. En caso de necesidad, debe servir al bien superior del ser humano, y especialmente al servicio de los pobres».
El Papa invitó a buscar soluciones que permitan al patrimonio artístico de la Iglesia mantener su función catequética, incluso después de la venta, pues «incluso cuando ya no se utiliza, su elocuencia puede conservarse mediante una correcta exposición en los museos».