Macron llama a los franceses a proponer reformas por internet
Sorprendente carta del presidente para salir al paso de la crisis de los chalecos amarillos
Francia inicia hoy el gran debate nacional presentado por Emmanuel Macron con una carta al pueblo francés, la noche del domingo, invitando a 67 millones de franceses a discutir y proponer ideas en cuatro terrenos capitales: fiscalidad y gasto público, organización del Estado, transición ecológica, democracia directa y ciudadanía.
En grupos o en forma individual, todos los franceses son invitados a participar, a través de internet, a través de reuniones organizadas en las alcaldías, a través de «colectivos».
El presidente de la República dice esperar «ideas» y «sugerencias» ante preguntas de este tipo:
«¿Cómo podríamos conseguir una fiscalidad más justa?. «¿Qué impuestos deben bajarse, con prioridad?». «¿Cómo organizar un nuevo pacto social?». «¿Cómo debe reorganizarse el Estado para que funcione mejor?». «¿Cómo podrían funcionar mejor el Estado y las colectividades territoriales?». «¿Cómo debe evolucionar la representación nacional para que funciones mejor una democracia más participativa?». «¿Qué propone usted para mejorar la integración en nuestra Nación?». «¿Es necesario incrementar el recurso al referéndum de iniciativa popular?». «En materia de inmigración, ¿desea usted que se fijen objetivos anuales definidos por el Parlamento?».
Techo a la inmigración
En ese rosario de inmensos problemas y preguntas, Macron ha incluido debates sensibles para todas las sensibilidades. Centro, derecha y extrema derecha podrán reconocerse en el posible «techo» que pudiera ponerse a la inmigración no deseada. Izquierdas y extremas izquierdas pudieran ser sensibles a los posibles recursos al referéndum de iniciativa popular.
La inmensa incertidumbre que suscita el gran debate nacional deseado y propuesto por Emmanuel Macron obedece a elementales cuestiones de principio. Según los primeros sondeos, un 52 % de los franceses se dicen «poco interesados» en ese debate, que afecta a todos los pilares y fundamentos del modelo político nacional. Sin participación importante, el debate corre el riesgo de oscilar entre la demagogia, la nadería y la eficacia de los eventuales grupos de presión que terminen imponiendo sus temas y criterios.
Macron ha decidido lanzar tan formidable aventura nacional, para intentar salir al paso de dos crisis paralelas: un 75 % de los franceses tienen mala o muy mala opinión de su presidente; la crisis de los chalecos amarillos se ha transformado en un quiste canceroso, para Francia y para la Europa de la zona euro, víctima de la palmaria impotencia francesa para cumplir sus compromisos de Estado.
En segundo plano, quedan en suspenso el resultado final de tan colosal debate sin precedentes; y la respuesta práctica que Emmanuel Macron pueda o no pueda dar a las imprevisibles «respuestas» a temas tan inflamables.
El candidato Macron conquistó la presidencia de la República haciendo grandes promesas de reformas nacionales. La reforma constitucional sigue empantanada. La reforma fiscal, siempre aplazada. La reforma de la burocracia nacional, siempre aplazada. El nuevo estatuto para Córcega, aplazado sine die. Los compromisos de Estado, ante la zona euro, siempre incumplidos. Tal rosario de incertidumbres han hipotecado la palabra de Francia ante la UE. Emmanuel Macron anunció la «refundación» de la Unión Europea en septiembre de 2017. El Gran debate nacional se prolongará hasta mediados de marzo.
67 millones de franceses Todos los franceses, en grupos o individualmente, son invitados a participar con sus propuestas