El presidente de los obispos chilenos no asisitirá a la cumbre antipederastia
Al cabo de un año de crisis sin precedentes en la iglesia chilena por el encubrimiento de abusos sexuales, el Papa Francisco recibió ayer durante tres horas a la cúpula de la conferencia episcopal para ponerse al día sobre las tareas de limpieza después de la dimisión forzada de todos los obispos el pasado 17 de mayo.
Después de reunirse durante una hora en la biblioteca privada, el Papa les invitó a comer juntos en Casa Santa Marta para continuar estudiando la situación otras dos horas.
La delegación de cinco obispos chilenos, encabezada por el presidente de la conferencia episcopal, Santiago Silva Retamales, incluía al arzobispo de Santiago de Chile, cardenal Ricardo Ezzati. Ambos figuran entre los ocho obispos investigados por la fiscalía chilena por encubrimiento, lo cual debilita su liderazgo.
Desde el pasado 17 de mayo, el Papa ha relevado a ocho de los 32 obispos dimisionarios, pero como la selección y nombramiento llevan tiempo, es previsible que siga habiendo relevos a lo largo de todo este año.
Como está sujeto a investigación penal, el presidente de los obispos chilenos, Santiago Silva Retamales, no participará en la cumbre anti abusos del 21 al 24 de febrero en el Vaticano. Chile estará representado por el secretario general de la conferencia episcopal, Fernando Ramos, uno de los cinco obispos que participaron en la reunión de ayer.
Según Ramos, el Papa les insistió en que dialoguen con los laicos y reconozcan la importancia de su papel en la «limpieza» de los abusos sexuales.