Censurado el poema «Oda triunfal» de Pessoa en Portugal
Casi 85 años después de su muerte, Fernando Pessoa es protagonista de una polémica que ha desatado ya una oleada de estupor en Portugal: uno de sus poemas ha sido censurado en un libro de texto auspiciado por el Ministerio de Educación. Se trata de «Oda triunfal», firmado por Álvaro de Campos, uno de los heterónimos más destacados y conocidos del poliédrico escritor lisboeta, adalid del alma portuguesa gracias a su obra maestra, «El libro del desasosiego». Pero, ¿por qué dar rienda suelta a semejante medida drástica? El manual lleva por (paradójico) título «Encontros» (Encuentros) y la editorial que lo pone en circulación, Porto Editora, ha considerado que ofrece un lenguaje «grosero», no apto para los jóvenes de 17 años a quienes va dirigido.
Los versos en cuestión son: «Automóveis apinhados de pândegos e putas/ (…) E cujas filhas aos oito anos –e eu acho isto belo e amo-o!–/ Masturbam homens de aspecto decente nos vãos de escada» (Automóviles apiñados de pendones y putas/ (…) Y cuyas hijas a los ocho años –y creo que esto es hermoso y lo amo–/ Masturban a los hombres de aspecto decente en los huecos de las escaleras). Unas palabras que han «desaparecido» en la versión del libro de texto distribuida en al menos 90 escuelas portuguesas, donde las palabras figuran tachadas sin ofrecer ninguna explicación al respecto.
Los responsables de Porto Editora han anunciado que tienen intención de poner en marcha una investigación al respecto, pero lo cierto es que los ejemplares salieron de sus almacenes y están en vigor durante el curso lectivo 2018-2019.
El descubrimiento se produjo en un centro educativo próximo a Oporto. Allí los alumnos estaban escuchando una grabación del poema «Oda triunfal» declamado y tenían el libro delante. Se apercibieron entonces de que los versos no coincidían en su totalidad con los que aparecen escritos en las páginas 99 y 100. Extrañados, pusieron en conocimiento de sus padres que había sucedido «algo raro» en la clase de Literatura. Mucho más cuando en ninguna de esas dos páginas se especifica que faltan determinadas palabras ni se detalla nada en este sentido a lo largo de la ficha técnica.
No es la primera vez que el nombre de Porto Editora aparece ligado a una polémica, puesto que ya el año pasado no se le ocurrió otra cosa que distribuir libros de texto distintos para niños y niñas.