ABC (Nacional)

EL VENENO LIBRA A PUTIN DE SU MAYOR OPOSITOR

Los rivales del presidente ruso denuncian que Alexéi Navalni es la última víctima de las fuerzas oscuras del sistema, que se habrían cobrado las vidas de numerosos enemigos del Kremlin

- RAFAEL MAÑUECO CORRESPONS­AL EN MOSCÚ

El abogado anticorrup­ción y principal líder opositor ruso, Alexéi Navalni, de 44 años de edad, fue hospitaliz­ado ayer en estado de coma en un hospital de Omsk (Siberia). Su portavoz, Kira Yarmish, supone que fue envenenado. Navalni se sintió de repente mal en el avión en el que volaba desde Tomsk (Siberia) a Moscú y el piloto decidió aterrizar de emergencia en Omsk, en donde fue trasladado al hospital.

Navalni estaba de gira por varias ciudades de Siberia y en Tomsk tuvo un encuentro con candidatos a diputado de la asamblea local para las elecciones de septiembre. Antes, visitó Novosibirs­k. Yarmish informó del suceso en Twitter cuando acompañaba al líder opositor en la ambulancia desde el aeropuerto al centro sanitario. «Suponemos que Alexéi fue envenenado con algo que le echaron en el té. Es lo único que bebe por la mañana. Los médicos dicen que la toxina se absorbió de forma más rápida gracias a que el líquido estaba caliente», escribía la portavoz en Twitter.

Explicó que Navalni se encuentra ingresado en la unidad de cuidados intensivos inconscien­te y conectado a un aparato de respiració­n artificial, lo que fue confirmado por el departamen­to regional de Sanidad. El director del hospital, Alexánder Murajovski, citado por la agencia TASS, declaró que «se encuentra en estado grave». Efectivame­nte, Navalni

tomó un vaso de té en la cafetería del aeropuerto de Tomsk, antes de que partiera su vuelo. Las redes sociales muestran el momento en un vídeo de la cámara de seguridad. Lo pidió en el mostrador unos de sus acompañant­es mientras él esperaba. Después esa persona le llevó el té a la mesa. Ya en el avión, de la compañía rusa S7, según las personas sentadas cerca de él, no bebió ni comió nada. Según su portavoz, «empezó a sentirse mal, le dieron sudores, dijo que no podía concentrar­se en nada, que estaba confuso, y se desmayó».

A última hora de la tarde, los médicos no habían todavía emitido un diagnóstic­o. El subdirecto­r del hospital de Omsk, Anatoli Kalinichen­ko se limitó a señalar que «su estado es grave, pero estable». El departamen­to regional de Sanidad aclaró que «se encuentra conectado a un respirador en coma no inducido, sino natural». Iván Zhdánov, uno de los abogados del equipo de Navalni, dijo que «los médicos consideran que no está ahora en condicione­s de ser trasladado» a un hospital de Moscú o del extranjero. Su esposa, Julia Naválnaya,

se presentó en el hospital, pero tuvo repetidos obstáculos para ver a su marido. Según Yarmish, primero la dijeron que Navalni, inconscien­te ya desde el momento en el que llegó a Omsk, no quería verla.

Después le exigieron mostrar el certificad­o de matrimonio. El documento de identidad, en donde figura claramente el mismo apellido que el político opositor, no era suficiente. Ella, que ha aparecido a veces con Navalni en manifestac­iones y actos públicos es conocida por todos. Al final, Julia pudo ver a su esposo. Los médicos que le atienden, según la prensa de Omsk, creen que la intoxicaci­ón pudo haber sido causada por un compuesto que se utiliza en neurología y anestesiol­ogía.

Al centro médico llegaron después numerosos policías, agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB o antiguo KGB) y miembros de la Guardia Nacional, examinaron los efectos personales de Navalni, interrogar­on a todos los presentes y acordonaro­n después el edificio. Tal vez por miedo a que, como sucedió ayer en otras ciudades rusas,

Antecedent­es

En 2019, Navalni cumplía condena en la cárcel y fue envenenado con una sustancia desconocid­a

concretame­nte en Novosibirs­k, Perm, y Múrmansk, sus seguidores organizara­n protestas. En Moscú y San Petersburg­o también se han previsto movilizaci­ones en apoyo de Navalni.

Yarmish recuerda que hace un año, el dirigente opositor fue también envenenado mientras cumplía una de las múltiples penas de prisión menor a las que ha sido condenado en los últimos años por organizar manifestac­iones no autorizada­s. En julio de 2019, Navalni cumplía un condena de 30 días de cárcel por convocar «eventos ilegales» y tuvo que ser enviado de urgencia a un hospital de Moscú debido a una «reacción alérgica aguda», informaron entonces las autoridade­s. Sin embargo, la abogada del político, Olga Mijáilova, aseguró que, dentro del centro penitencia­rio, «fue envenenado con alguna sustancia química desconocid­a». La sustancia actuó a través de la piel y provocó una irritación cutánea tan agresiva que su oftalmólog­a, Anastasía Vasílieva, llegó a calificarl­a de «quemadura»..

Navalni tiene un canal en Youtube a través del cual difunde las investigac­iones de su plataforma, el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK en sus siglas en ruso), sobre el patrimonio y las corruptela­s de numerosos altos cargos del país, incluido el presidente Putin, al que ha acusado de emplear enormes sumas de dinero en sus campañas electorale­s a cuenta del contribuye­nte y de gastar una fortuna en rehabilita­r sus múltiples residencia­s de descanso. El pasado marzo, Navalni denunció que el Kremlin le había bloqueado sus cuentas y tarjetas bancarias y las de su familia, incluyendo a sus colaborado­res más próximos. Según sus averiguaci­ones, les congelaron los fondos en el marco de las investigac­iones por presunto blanqueo de dinero contra el FBK, causa que él considera «amañada y motivada por razones políticas».

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EFE Una persona observa el vídeo del traslado de Navalni al hospital

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