Temor por el posible ataque de algún radical infiltrado
El FBI está en el proceso de investigar a los cerca de 25.000 efectivos de la Guardia Nacional que se han desplegado en Washington para reforzar la seguridad de la investidura de Joe Biden como presidente de EE.UU., prevista para mañana. El temor de las autoridades es que haya miembros de las fuerzas de seguridad que formen parte de movimientos extremistas y que puedan suponer una amenaza.
Es difícil imaginar un ataque que ponga en peligro la jura de cargo de Biden. Sin embargo, las autoridades no descartan la posibilidad de un ataque «desde dentro». El secretario del Ejército, Ryan McCarthy, reconoció a la agencia Ap que son conscientes de la amenaza. Por ello, el FBI está revisando el historial y las afiliaciones de cada uno de los miembros desplegados, para determinar si tienen vinculaciones con movimientos extremistas. La precaución se toma después de que se constatara la presencia de miembros actuales y pasados del Ejército y de cuerpos de Policía entre los asaltantes del Capitolio. Una de las manifestantes que falleció era veterana del Ejército del Aire. Dos de los arrestados hasta el momento por aquellos incidentes pertenecen a la Guardia Nacional.
McCarthy aseguró que de momento no han encontrado pruebas de ninguna amenaza entre las tropas desplegadas. La Guardia Nacional tiene cuerpos en cada estado y están formados de forma mayoritaria por miembros que desarrollan otras dedicaciones profesionales a tiempo completo y que son llamados a filas para entrenamiento o en caso de necesidad.