Los barones del PP ganan fuerza con su gestión y adelantan al PSOE en las regiones
Casado no acaba de dar el sorpasso a Sánchez en la mayoría de las encuestas
MADRID
Cuando acabó la primera ola de la pandemia, Isabel Díaz Ayuso había dejado de ser una desconocida para el conjunto de los españoles. Los ataques continuos de la izquierda solo sirvieron para reforzar un liderazgo que empezó a subir como la espuma. Encuestas internas reflejaban un cambio de tendencia total en Madrid, solo un año después de las elecciones autonómicas y municipales: el PP volvía a ser el primer partido, y Ayuso se vio especialmente fuerte, con una veintena de diputados más, según se observaba en los sondeos. Ante el riesgo de una moción de censura inspirada por su socio Ciudadanos, Ayuso se creció y amagó con disolver la Asamblea y convo
El presidente autonómico de Castilla y León, en coalición con Ciudadanos, ha estado en el foco informativo en la última semana por alguna de sus medidas contra la pandemia, en contra del criterio del Gobierno. car elecciones de forma anticipada. Se veía sólida y con la ambición suficiente, en plena tendencia alcista. Pero en Génova, con una hoja de ruta diferente, sonaron las alarmas y frenaron en seco el impulso de la presidenta madrileña. La prioridad era salvaguardar el acuerdo de Gobierno regional con un socio prioritario para Casado: Ciudadanos.
En aquellos días, Pablo Casado acordó con Inés Arrimadas que no permitiría la disolución del Parlamento madrileño, si la presidenta de Ciudadanos se comprometía a frenar cualquier moción de censura. Y así fue. Desde Génova se convenció a Ayuso: «Aunque ganes 20 diputados más, seguirás necesitando a Ciudadanos y Vox, ¿y después de las elecciones qué?» Fue solo un conato de rebelión que al final quedó en nada. Pero ahí quedó el aviso. «Ayuso se lo debe todo a Casado y no se va a rebelar contra él, ni en ese momento ni en el futuro», comentan en el PP de Madrid como una oración.
El paso atrás de la presidenta no ocultó, en todo caso, un hecho cierto: los barones del PP se hacían fuertes, crecían en las encuestas, volvían a ser los primeros tras perder las elecciones en sus territorios y llegar al poder solo gracias a unos pactos impulsados por Génova. Es el caso de Andalucía, Castilla y León, Madrid y Murcia. En Galicia, Feijóo juega en una liga aparte con su mayoría absoluta, reforzada el verano pasado.
La realidad de los barones del PP, que representan el poder auténtico del
CASTILLA Y LEÓN
«Le falta tiempo» Fuentes populares creen que a Casado le hace falta tiempo para afianzar una primera posición
El Gobierno de coalición con Cs también ha sentado bien al PP en Murcia, donde los populares recuperan la primera posición en las encuestas. La rápida decisión sobre el consejero de Salud «salvó» la coalición. principal partido de la oposición, se refleja en las encuestas que se han ido publicando en cada uno de sus territorios. En todas las comunidades donde gobiernan los populares han conseguido dar la vuelta al resultado de las urnas y ya son el primer partido de cada región. Una situación que contrasta con la mayoría de los sondeos nacionales, en los que la subida del PP de Pablo Casado no ha sido suficiente para adelantar al PSOE de Pedro Sánchez, pese a la crisis sanitaria y la económica que están sacudiendo la vida cotidiana de este país.
Travesía en el desierto
La conclusión rápida que puede extraerse es que la gestión ha sentado bien a los presidentes autonómicos del PP, en unos tiempos de incertidumbre en los que los ciudadanos buscan seguridad en sus gobiernos y no son tan proclives a arriesgar con otras fórmulas. La labor de oposición, en este caso, es como una travesía en el desierto. Al PP le cuesta sudor colocar cualquier tema en una agenda polí
REGIÓN DE MURCIA
Feijóo, con su cuarta mayoría absoluta ganada en julio pasado, juega en una liga aparte. Ahora mismo es el barón más fortalecido dentro del Partido Popular, y su influencia en las decisiones y la línea marcada por su formación es incuestionable.
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