LOS MALOS DE PATA NEGRA
Cuando el jamón entra en La Moncloa, es malo el jamón o malo el Gobierno
El Gobierno que pacta con Bildu; acerca presos etarras que aún tienen restos de sangre en sus manos; defiende a raperos que le desean la muerte al Rey; envía al ministro de Sanidad como candidato a Cataluña en plena pandemia; nos coloca en el atril a Fernando Simón para que nos diga que las mascarillas no son necesarias o que el aumento de muertos podría deberse a un accidente de tráfico; compara al prófugo Puigdemont con los exiliados republicanos; denuncia que en España no hay normalidad democrática; usa el Falcon y las residencias oficiales para el disfrute privado del presidente; enchufa amigos sin currículum; pone de ministra a la mujer del jefe mientras nos da lecciones de machismo; contrata niñeras del partido con nuestro dinero; quiere controlar el Consejo del Poder Judicial; nombra Fiscal General a la ministra de Justicia; elimina el castellano como lengua vehicular; utiliza la televisión pública para atacar al propio Estado y a la Monarquía; plantea indultos a los golpistas; quiere cambiar la ley para que las injurias a la Corona se consideren libertad de expresión mientras defiende el veto a «Lo que el viento se llevó» y «Los aristogatos» porque son películas racistas; o se escandaliza por la corrupción de la derecha para que no se escuche que acaban de imputar al fundador del populismo por cobrar facturas falsas (voy a coger aire, que me ahogo); ese Gobierno anunció ayer oficialmente que el jamón es malo para la salud.
El Ministerio de Consumo pretexta que es una decisión técnica para adaptarse al etiquetado europeo y no defenderá al embajador gastronómico de España, el que sirvió a Felipe como llave diplomática para engatusar a Helmut Kohl. Estos van a cargarse hasta el refranero que consagra sus propiedades curativas: «Cuando el jamón entra en la casa del pobre, está malo el jamón o está malo el pobre». Cuando entra en La Moncloa... Siento mucho que esta casta bellotera no haya catado los pecados carnales de Jabugo y Guijuelo. Tiene que ser duro llegar a cierta edad creyendo que el jamón es malo. Pero es mucho peor ejercer el poder sin saber que el malo de pata negra eres tú.