Kim Jong-un avisa de la llegada de otra gran hambruna
La ‘Ardua Marcha’ de los noventa se cobró tres millones de vidas en Corea del Norte
El fantasma de la hambruna vuelve a recorrer el país más hermético del mundo, Corea del Norte. No lo avisa la prensa occidental, sino el propio líder norcoreano Kim Jong-un, quien según informaron ayer los medios estatales ha instado a los altos funcionarios del partido único a emprender otra ‘Ardua Marcha’ de trabajo y sacrificio tal como hicieran sus predecesores en la crisis económica de los años noventa cuando otra hambruna mató entre uno y tres millones de personas.
La caída de la Unión Soviética sumió a Corea del Norte en los noventa en un periodo de declive económico que, sumado a desastres meteorológicos, provocó una grave escasez a la que se le atribuyen hasta tres millones de fallecidos, según algunas estimaciones. El concepto de ‘Ardua Marcha’, que pretendía emular la retórica maoísta para apelar a la ciudadanía, encubrió uno de los episodios más oscuros de la dictadura comunista, que en 1999 reconoció la muerte de 220.000 personas (muy por debajo de las estimaciones).
Coronavirus
«Nuestro partido no espera que lleguen oportunidades repentinas para allanar el camino a nuestro pueblo y cumplir el grandioso objetivo y el ideal de construir el socialismo y el comunismo», proclamó Kim Jong-un en su discurso. El líder norcoreano recurrió a la épica para hacer un llamamiento a la lucha y la resistencia ante el periodo de penurias al que se enfrenta la ciudadanía.
«Igual que las madres siempre se preocupan por la vida y el crecimiento de sus hijos y les guían por el camino correctos, los secretarios de las células del partido deberían educar pacientemente y liderar a los miembros con afecto y devoción», añadió.
Corea del Norte se ha blindado aún más desde el inicio de la pandemia de coronavirus, a pesar de que no ha reconocido oficialmente ningún contagio. Lastrado por las sanciones en estos últimos años, el país atraviesa una situación preocupante en materia humanitaria, según las pocas organizaciones que tienen información.
La ONU estimaba en alrededor de diez millones las personas desnutridas y el cierre fronterizo no habría hecho sino aumentar los precios de productos básicos.
Además, como recoge Amnistía Internacional en su último informe de Derechos Humanos, el riesgo de escasez alimentaria se exacerbó tras las lluvias y tifones de agosto y septiembre, que dañaron infraestructuras y campos de cultivo.