Petrodólares a por la Champions
Emiratos Árabes y Catar financian los proyectos de City y PSG, clubes que no escatiman para conquistar Europa
París reúne esta noche a una constelación de estrellas que prometen un enorme espectáculo sobre el césped del Parque de los Príncipes (21.00 h., M+Liga de Campeones). PSG y Manchester City se enfrentan en la ida de las semifinales de la Champions, a tan solo tres citas del sueño de proclamarse campeones de la competición. En lo futbolístico, mientras el PSG intimida con el inmenso talento individual de su delantera, el City borda el juego coral que abandera su entrenador. Fuera del campo, sin embargo, no hay tantas diferencias, pues ambos clubes llevan más de una década en manos de jeques árabes que hicieron fortuna gracias a los hidrocarburos del subsuelo del golfo Pérsico. Durante estos años, ni uno ni otro ha escatimado en fichajes, incorporando de manera sistemática a algunos de los mejores futbolistas del planeta.
Detrás del City está Emiratos Árabes Unidos. En 2008, la compañía Abu Dhabi United Group pagó 360 millones por el 90% de un club de mitad de tabla. Sheikh Mansour, además del rostro visible de la propiedad, es miembro de la familia real de Abu Dabi, ministro de asuntos presidenciales de EAU, miembro del Consejo Supremo del Petróleo y dueño de City Football Group, conglomerado deportivo creado en 2014 que hoy aglutina a clubes de cinco continentes. Su fortuna se calcula en 30.000 millones. Aquel verano de 2008, el City, primer club en manos del jeque Mansour, fichó a Robinho por 40 ‘kilos’. El movimiento fue toda una declaración de intenciones de lo que serían los años venideros. Desde entonces, el City ha firmado a más de trescientos jugadores, con un gasto muy superior al del resto de clubes del mundo. En total, más de 2.000 millones de euros.
Tres años después, otro jeque irrumpió en el fútbol europeo. En 2011, Qatar Sports Investments pagó 50 millones por el 70% del PSG, un club que deambulaba por la Ligue 1 sin pena ni gloria. El actual emir de Catar, Tamim bin Hamad Al-Thani, fue el principal promotor de esta aventura que tiene a Nasser Al-Khelaifi como figura más reconocible, con una fortuna valorada en 16.000 millones. En este tiempo, el PSG ha contratado a más de 150 jugadores, disparando el gasto en fichajes a 1.300 millones. Las primeras estrellas llegaron en 2012, cuando se incorporó de una tacada a Thiago Silva, Lucas Moura o Ibrahimovic. No obstante, el verano de 2017 fue el más sonado tras los fichajes de Neymar y Mbappé.
Europa se les resiste
Como era de esperar, tamañas inversiones han dado sus frutos. De los veintisiete títulos que ha logrado el City desde su fundación en 1880, quince se han levantado desde la llegada del jeque emiratí. Por su parte, el PSG cuenta con cuarenta y tres trofeos en sus vitrinas, veintiséis de los cuales se han conseguido en la última década bajo el auspicio catarí. Sin embargo, aunque convertidos en ogros en sus ligas nacionales, todavía no han hecho lo propio en Europa, su asignatura pendiente. Uno de los dos tendrá una oportunidad de oro de levantar la anhelada Champions en la final de Estambul. Quien más cerca ha estado hasta ahora ha sido el PSG, derrotado por el Bayern en la final del año pasado en Lisboa. «Entramos en la historia tras llegar a la final. Ahora estamos entre los cuatro mejores. Estamos progresando y cada vez somos mejores», dijo ayer Neymar.
Enfrente estará el City de Guardiola, por primera vez entre los semifinalistas de la Champions desde que llegó al banquillo inglés en 2016. Previamente, un cúmulo de sinsabores le privaron de pelear siquiera por una final y Mónaco, Liverpool, Tottenham y Lyon fueron sus verdugos. Justo antes de su fichaje, en la 2015-16, el City cuajó su mejor actuación al llegar a semifinales, donde cayó eliminado por el Real Madrid. En los cuartos de final de aquella edición, PSG y City se enfrentaron por primera vez en la Champions. De Bruyne, todavía hoy estrella del City, fue el héroe de la eliminatoria, marcando en la ida y en la vuelta. Un lustro después vuelven a verse las caras.
Además, el encuentro tiene un aliciente geopolítico. Hasta hace dos meses, Catar y EAU mantenían una complicada relación que llevó al primero a un bloqueo comercial y diplomático de los países de su entorno, que acusaban al gobierno de Doha de simpatizar con grupos islamistas radicales. Ambos países acercaron posturas en febrero tras la primera reunión oficial en más de tres años. Por eso, por las rencillas que aún perviven, para las propiedades de City y PSG, estrechamente ligadas a los gobiernos de Emiratos Árabes y Catar, lo que hoy se juega es más que un partido de fútbol.