ABC (Nacional)

«Casado acertó con el giro al centro, pero no al atacar a Abascal»

Esperanza Aguirre Expresiden­ta Comunidad de Madrid «El 4-M ha sido una inyección de optimismo para los peperos como yo»

- MARIANO CALLEJA MADRID

‘Sin complejos’. Así se titula el último libro de Esperanza Aguirre, donde habla sin tapujos de un centro-derecha dividido y que ha dado la espalda durante mucho tiempo a la batalla de las ideas. Ahí apunta a la responsabi­lidad de Rajoy, quien en 2008 enseñó la puerta de salida a liberales y conservado­res. De Pablo Casado elogia su estrategia de giro al centro, pero no la táctica de destituir a Álvarez de Toledo ni la ruptura con Abascal. Pero si hay un líder actual sobre el que Aguirre se vuelca en elogios, esa es Isabel Díaz Ayuso.

—¿El PP es un partido acomplejad­o?

—Yo quería titular el libro ‘La tormenta perfecta’, pero a la editorial le pareció mejor ‘Sin complejos’. La palabra complejo tiene un significad­o relacionad­o con plegarse a hacer algo. Y puede que nos hayamos plegado demasiado a los gurús de la izquierda mediática y política, que son los que dominan los centros de producción ideológica. —¿Hay una tormenta perfecta para la derecha?

—La tormenta es el actual Gobierno social-comunista, que quiere acabar con el consenso de la Constituci­ón del 78. —¿Pablo Casado va por el buen camino? —Pablo Casado, que ganó el congreso extraordin­ario con un magnífico discurso dando todas las batallas ideológica­s, en agosto del 20 decidió cambiar de estrategia, yo creo que acertadame­nte, para conseguir los votos de Ciudadanos. Pero la táctica para conseguir esos votos tuvo errores, como el cese de Cayetana, los ataques personales a Abascal en la moción de censura y la entrevista en RAC1 en la campaña catalana. —¿Y la táctica de Ayuso?

—Ayuso ha seguido una táctica diferente: dar todas las batallas ideológica­s a los gurús de la izquierda. Y no solo ha cogido todos los votos de Ciudadanos, también algunos del PSOE.

—¿El 4-M marca un antes y un después?

—Sí, es un antes y un después para la situación anímica de los peperos como yo. Los resultados de Madrid han sido una inyección de optimismo e ilusión, un grandísimo impulso para el PP.

—¿A qué atribuye el éxito de Ayuso?

—A que es una gran líder política. El político que más ha crecido en los últimos 30 años, en tan solo año y medio. Esa ilusión enorme, que se ha traducido en colas en los colegios electorale­s, se debe enterament­e al liderazgo de Ayuso durante la pandemia. —¿Deja algo para Casado?

—A Casado hay que adjudicarl­e una parte muy importante del éxito, que es haberla nombrado candidata. —¿Ese liderazgo de Ayuso puede hacer sombra o poner en peligro el de Casado dentro del PP?

—No. Casado la nominó candidata y ella ahora tiene que revalidar la victoria en Madrid en dos años. El futuro es impredecib­le, pero yo lo veo muy favorable para ambos.

—¿La absorción de Ciudadanos lo cambia todo a partir de ahora? —Es un paso muy importante.

—¿El PP debe fichar a Albert Rivera?

—Yo he sido una gran admiradora de Albert Rivera y de sus discursos en el Parlamento catalán. Lo tendrán que decidir Casado y él.

—¿Deben unirse el PP y Vox?

—No veo a ninguno de los líderes proclives a una fusión o coalición. Pero sí veo imprescind­ible que en aquellas circunscri­pciones que reparten pocos escaños haya un acuerdo especial, para conseguir la mayoría que deseamos.

—¿Qué es el centro? —El centro no es un lugar equidistan­te entre la derecha y la izquierda, es la defensa de la Constituci­ón, de la unidad de España, de la libertad y de un país de ciudadanos libres e iguales.

—Entonces Vox estaría en el centro.

—Vox es constituci­onalista, pero no les gustará que diga que está en el centro. —¿En qué se diferencia la derecha del centro en ese caso?

—Hay muchísimos asuntos en los que estamos de acuerdo con Vox, son los más importante­s. Pero hay cosas que nos diferencia­n, por ejemplo, las formas, o que pensamos que las autonomías son buenas para España. —¿Socialista­s como Leguina, Rosa Díez o Redondo tienen sitio en el PP?

—Los tres son socialista­s, pero no son sanchistas. Hay que distinguir. Nosotros ya hemos tenido socialdemó­cratas en nuestras filas. Habría que ver en qué tesitura están, pero defienden la Constituci­ón y eso es puramente centro político. En ese caso, claro que tendrían sitio en el PP.

—¿Por qué dejó de dar la batalla ideológica el PP?

—A Rajoy le pareció un lío. En abril de 2008 ya dijo que se fueran los liberales y conservado­res, y luego puso tecnócrata­s en el Gobierno. El resultado fue que la izquierda va ganando todas las batallas.

—¿El responsabl­e es Rajoy?

—No es una única persona. Los altos cargos del PP en general se han caracteriz­ado por no tener mucha afición a la batalla ideológica. Como dice Alejo Vidal-Quadras, el principal oponente de los liberales y conservado­res es el cuarteto formado por Sánchez, Iglesias, Puigdemont y Otegui. Sin embargo, ante la corrección política y los dogmas que defienden los gurús de la izquierda, que en Estados Unidos se llama ideología ‘woke’, donde entran la teoría del género, el cambio climático, el aborto, el racismo, la eutanasia y la memoria histórica, el centro-derecha parece no tener discurso propio.

—¿Casado sí está dando esa batalla?

—Dio todas las batallas en el discurso con el que ganó el congreso extraordin­ario. Pero desde agosto cambió el tono.

—La izquierda ha conseguido que la foto de unidad de Colón parezca maldita. Otra batalla que perdieron. —Colón fue un grandísimo éxito del centro y la derecha. La prueba es que la Mesa que iba a haber, de igual a igual, entre el Gobierno y la Generalita­t con un mediador internacio­nal se abortó. —¿El abandono de Iglesias de la política le permite dormir mejor? —Pablo Iglesias se ha revelado como un mentiroso compulsivo y un hipócrita. No sé qué puerta giratoria utilizará, lo que tiene que hacer es explicar cómo ha conseguido ese patrimonio que tiene. Aparte, los comunistas siguen en el Gobierno.

—En su libro pasa de puntillas por la corrupción. ¿Qué peso tuvo en la fragmentac­ión y la caída del PP?

—Si tuviera que escribir un libro sobre la corrupción, hablaría del PP, pero le dedicaría más espacio al PSOE y a la Convergènc­ia de Pujol. La Gürtel surge en 2009, y en 2011, en Madrid, el PP consigue 72 escaños y el PSOE, 36. Ese año, el PP logra mayoría absoluta en las generales. La corrupción tiene consecuenc­ias en los votos, es posible, pero al PSOE nunca le costó nada. Con el PP hay una diferente vara de medir.

—Marlaska se refirió al PP de Madrid como organizaci­ón criminal.

—Es intolerabl­e que dijera eso. Marlaska es mi mayor decepción del Gobierno de Sánchez.

à Abrir el partido «Leguina y Rosa Díez son socialista­s, pero no sanchistas, claro que tendrían sitio en el PP»

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ÁNGEL DE ANTONIO Esperanza Aguirre ha escrito ‘Sin complejos’
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