El Consejo de Seguridad aborda la crisis pese a la prevención de EE.UU.
Declaraciones en favor de un alto el fuego, que está lejos de vislumbrarse
La reunión de urgencia celebrada ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU dio evidencias de la distancia entre israelíes y palestinos para contener la erupción de violencia de la última semana y de las dificultades de la comunidad internacional para conseguir progresos hacia el alto el fuego.
La sesión, la primera realizada de forma pública sobre el asunto desde que empezaron las hostilidades
–ha habido otras dos a puerta cerrada–, arrancó con la intervención del secretario general de la ONU, António Guterres, que calificó la violencia en la región de «completamente horrorizante» y exigió un «alto el fuego inmediato».
Esa posibilidad está, de momento, fuera de la realidad. En la víspera, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aseguró que los ataques del ejército de su país todavía durarán días. Y la reunión del Consejo de Seguridad tampoco daba esperanzas de progresos.
En ella compareció el ministro de Asuntos Exteriores de la Autoridad
Palestina, Riyad al-Maliki, que denunció los ataques a civiles –incluidos niños– por parte del Ejército israelí, denunció los desalojos de familias palestinas en Jerusalén Este y criticó la posición defendida por EE.UU. y otros Gobiernos occidentales –Israel tiene derecho a defenderse ante los ataques de Hamás– porque «refuerza a Israel para matar civiles».
Inmediatamente, habló el embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Gilad Erdan, que mostró una versión completamente diferente: en su visión, Hamás no atacó a Israel por los desalojos sino para ganar poder frente a la Autoridad Palestina y utiliza a civiles como escudo. «Israel utiliza misiles para proteger a sus niños. Hamás usa niños para proteger sus misiles», dijo.
Estados Unidos, el país que tiene la llave para lograr cambios en el conflicto, aseguró en la sesión que está listo para dar su apoyo «si ambas partes quieren buscar un alto el fuego». Así lo defendió su embajadora en el Consejo, Linda Thomas-Greenfield, que insistió en su condena a los ataques de Hamás, sin criticar la respuesta de Israel.
Al cierre de esta edición, no se había producido un comunicado conjunto de los miembros del Consejo de Seguridad para llamar a las partes a acercar posturas. En las dos reuniones anteriores, EE.UU. lo había bloqueado para «permitir que la diplomacia en el terreno haga su trabajo».
Thomas-Green La embajadora de EE.UU. apoyó una tregua, pero no condenó la respuesta de Israel en Gaza