Una novela sobre la matanza de perros que Inglaterra ocultó durante décadas
Emilio Lara ambienta su último libro en un episodio insólito en el Londres bombardeado
Emilio Lara (Jaén, 1968) se deja la piel escribiendo cada página, y no porque le cueste unir letras o imaginar historias, sino porque en sus escritos siempre hay una parte crucial de su mundo y de sus pasiones. Son relatos que homenajean a su admirado John Ford a través de protagonistas atípicos surfeando grandes aventuras. Que incluyen guiños a las novelas favoritas de su infancia, a la música popular de Andalucía y, por supuesto, a la Historia. Este escritor jienense acaba de publicar su cuarta novela bajo el evocador título de ‘Centinela de los sueños’ (Edhasa), una obra ambientada en la Inglaterra que se preparó para lo peor en la Segunda Guerra Mundial.
Periodismo y espionaje
Dentro de un Londres inhumano de traición, bombardeos y reyes exiliados, Lara parte de un episodio muy poco conocida y ocultado durante décadas para trazar una historia de espionaje, periodismo y supervivencia mientras se extienden las llamas por Inglaterra. La historia insólita no es otra que la recomendación del Gobierno británico de sacrificar a todos los animales de compañía con el fin de ahorrarles los horrores de la contienda. «En los días previos a la guerra se sacrificaron más de un millón de animales. La gente les pegaba un tiro o los llevaba a las clínicas veterinarias para ponerles una inyección letal», señala el escritor, que atribuye los motivos al temor de los británicos a que si llegaban los alemanes a las islas o morían a causa de sus bombas nadie quedaría para cuidar a sus animales: «Los mataron por amor, aunque hoy cueste entenderlo. La sociedad actual está muy infantilizada y lejos de los hombres y mujeres de tiempos tan duros», afirma.
Tras la Segunda Guerra Mundial, los ingleses, como tantas veces en su historia, decidieron correr un tupido velo y no volver a hablar de este «pecado colectivo». Emparedada en su memoria quedó la matanza, pero también el nombre de aquellos que trabajaron para pararla cuando quedó claro que los nazis no pondrían pie en las Islas británicas.
En el ‘Centinela de los sueños’ (Edhasa), Lara ficciona la historia de quienes denunciaron en los medios la sangría de animales y que, a través de una periodista «fuerte, decidida, con un código ético muy alto», avisaron al Rey Jorge VI de lo que estaba ocurriendo. «Inglaterra era un país muy adelantado a su época y la antítesis de Francia en la contienda. Mientras las mujeres estuvieron allí casi un año ocupando sus labores tradicionales, sin implicarse nada en la defensa de su país, en Inglaterra desde el principio hubo mujeres en puestos de observadoras, enfermeras, conductoras de ambulancias, secretarias, empleadas de fábricas y hasta periodistas», recuerda Lara, que para crear a su reportera Maureen Fitzsimmons (guiño al nombre real de la actriz favorita de John Ford) se basó, entre otras, en la legendaria periodista Clare Hollingworth, que anticipó la invasión alemana de Polonia en el verano de 1939.
«Aquellos eran tiempos muy difíciles para la información y había muchos bulos. La prensa fue esencial para mantener al pueblo británico cercano a la verdad y cohesionado. Hoy, los medios de comunicación serios son más necesarios que nunca para contrarrestar las ‘fake news’, que extienden y replican más rápido con las redes sociales», opina el autor de una novela donde el periodismo juega un papel central.
Frente a la oscuridad
«La prensa fue esencial para mantener al pueblo británico cercano a la verdad y cohesionado»