Escocia se reivindica ante Inglaterra
Tutearon a sus vecinos y se jugarán la clasificación frente a la Croacia de Modric
Mateu Lahoz hincó la rodilla en Wembley en un mensaje contra el racismo que compartieron los jugadores de Inglaterrra y Escocia. Las dos son las pioneras del fútbol mundial. Su duelo de 1782 significó el primer partido de selecciones de la historia. Una rivalidad que hoy mantiene el mismo antagonismo, rodeada de reivindicaciones políticas que existieron y persistirán porque van incluidas en el ADN de ambas sociedades. A la hora de la verdad, los escoceses realizaron un gran partido y se jugarán la clasificación frente a Croacia. Inglaterra, con el empate, es segunda de grupo y solo necesitará otra igualada ante los checos para clasificarse. Si vencen en esa tercera jornada, acabarán líderes del grupo D.
Veintidós mil quinientos espectadores bailaron bajo la lluvia en las gradas de Wembley, que revivieron el viejo cara a cara secular. Los tres mil escoceses compitieron con la mayoría inglesa en un combate de cánticos que ambientó el estadio como si hubiera ochenta mil personas. Con faldas y a lo loco, los aficionados de «Scotland» celebraron la energía de los suyos. Los hombres de Steve Clarke plantaron cara a la favorita y comenzaron el envite con una presión alta que encerró a Inglaterra para sorpresa de su entrenador, Southgate.
Duelo físico
Poco a poco, los ingleses tocaron la pelota, consiguieron tenerla y su ataque provocó la gran ocasión perdida, un cabezazo de Stones, solo, que estrelló el balón en un poste. Escocia no perdió la compostura. Su sólida defensa su respuesta al contragolpe hizo dudar a los locales. Kane no tenía espacio, Sterling se sentía atado y solo las incursiones de Foden creaban peligro.
Los escoceses contestaron siempre con seguridad. Nunca se pusieron nerviosos y un potente disparo de O’Donnell puso el miedo en las gradas inglesas. Pickford despejó el balón como pudo ante seis mil manos en la cabeza, las de los tres mil incondicionales del conjunto visitante.
Southgate cantó las cuarenta a sus pupilos. Su presunta calidad, superior, no se notó. Sterling y Foden reaccionaron. Aumentaron la velocidad de circulación de la pelota. Pero el contraataque azul era peligroso. Dykes remató dentro del área un disparo de gol que Ming despejó bajo palos.
Nadie entendió la sustitución de Foden, el mejor inglés. Entró el correcaminos Grealish. Y Rashford suplió a Kane, que volvió hacer un mal partido, sin conexión táctica con Sterling y Mount. Al final, el empate supo a poco a los escoceses.