España recupera su esencia y se da la primera alegría del Eurobasket femenino

Venía de hacerlo tan mal la selección en su estreno –derrota ante Bielorrusia en un partido nefasto–, que las cosas ante Suecia solo podían ir a mejor. La autocrítica del vestuario ayudó a la reacción, que nació en la defensa y se cristalizó en los brazos de Ndour (22 puntos y 13 rebotes) y en el lanzamiento exterior. Victoria con sello personal que allana el camino a cuartos, sobre todo tras la derrota de Bielorrusia en el otro encuentro del grupo.

Ndour, llamada a ser la referencia en ausencia de Torrens, no dudó ante las suecas, dominando el choque a su antojo e imponiendo su exuberancia física. Suyos fueron los primeros cuatro puntos del partido; suyos también los cuatro últimos del primer cuarto, a cuyo final llegó ya la selección con un ventaja holgada (21-9).

Fluía esta vez el ataque nacional, pero era la defensa la gran virtud del equipo. Esa seña de identidad que se no apareció en el inicio del Eurobasket y que sí exhibió ayer España para fundir a su rival antes del descanso. Porque si Suecia había mantenido el tipo en los primeros diez minutos, no pudo hacer lo mismo en los siguientes diez. Atrapada en la maraña de brazos y ayudas de la selección, las suecas tardaron un mundo en anotar su siguiente canasta y se fueron al descanso a un mundo de su rival (47-17).

Era un gigante la selección, inmensa en defensa y acertadísima en ataque. Todos los triples que no entraron frente a Bielorrusia caían dentro esta vez y contribuían a elevar la confianza de las jugadoras. Solventada la victoria (58-35, min. 30), Mondelo aprovechó para repartir esfuerzos pensando en el duelo del domingo ante Eslovaquia. Choque en el que estará en juego el liderato y la opción de clasificarse directamente para cuartos sin jugar los octavos de final.