·El Cruïlla de Barcelona prevé reunir hasta 25.000 personas por día el segundo fin de semana de julio ·Wynton Marsalis, Omara Portuondo y Alan Parsons, estrellas internacionales de un verano aún a medio gas
Por más que en los últimos días los esfuerzos se hayan centrado en aplaudir con ganas los carteles de los festivales que han caído en 2021 pero que anuncian maratonianas y pantagruélicas ediciones en 2022, lo cierto es que también a la vuelta de la esquina, pasado mañana como quien dice, esperan pequeños brotes verdes para la reactivación de la música en directo en su formato más lúdico y multitudinario. Las salas, al menos las de Cataluña, seguirán aún cerradas a la espera de una mayor flexibilidad de las restricciones, pero por el horizonte asoman lo que serán las primeras citas estivales masivas después de un año prácticamente en blanco. Eventos que, mitad festival de los de toda la vida mitad ensayo clínico, planean reunir hasta 25.000 personas. Algunos incluso han conseguido movilizar artistas internacionales, toda una rareza en un contexto europeo aún a medio desperezar. Un buen ejemplo es el regreso del laureado trompetista Wynton Marsalis, que actuará junto a la Jazz at Lincoln Center Orchestra en el Festival de Jazz de Barcelona, Noches del Botánico y el Festival Internacional Canarias Jazz & Más; o, esta vez sí, la noche de son arrebatado con la que Omara Portuondo se despedirá de Barcelona desde el escenario del Grec, uno de los muchos festivales que, como los que siguen, empiezan a salir tímidamente del pozo. para acceder al recinto. No habrá distancia ni restricción de movimientos, pero se mantiene la mascarilla obligatoria. Lo mismo ocurre con el Canet Rock (3 de julio, Canet de Mar), que planea reunir a 22.000 personas, todas ellas con test de antígenos negativo y mascarilla, alrededor de Stay Homas, Búhos, Zoo y Miki Núñez, entre otros.
Una semana después de llegará el Cruïlla (del 8 al 10 de julio, Barcelona), el más ambicioso de los tres al apostar por un aforo diario de 25.000 personas. Ahí estarán Two Door Cinema Club, Morcheed, Editors y Tom Walker, estrellas foráneas de una cita por la que también pasarán Amaral, Izal, Leiva,
La Casa Azul, Natos y Waor y Carolina Durante. También aquí se mantendrá el ritual de test de antígenos, mascarilla y libertad total de movimientos. La intención, aseguran desde la organización, es acercarse lo máximo posible a la experiencia festivalera de 2019. La mala noticia es que los cribados masivos diarios encarecen el precio de la entradas entre 7 y 15 euros, según el festival y el tipo de abono adquirido.
En marcha desde hace ya unos días, el Jardines de Pedralbes, quintaesencia de los llamados ‘festivales boutique’ tuvo que devolver más de 35.000 entradas por las reducciones de aforo impuestas, pero sigue adelante hasta el 24 de julio con nombres como Aitana, Niña Pastori, Fangoria, Jorge Drexler y La Bien Querida. Destaca, además, el doblete que Alan Parsons ofrecerá el 12 y 13 de julio. El británico es también uno de los reclamos del Starlite de Marbella, cita que se alargará hasta principios de septiembre con actuaciones de Raphael, David Bisbal, Omar Montes, Pablo López, Me