ABC (Nacional)

El presidente de EE.UU. responde a los obispos que no dejará de comulgar

Los prelados votarán en noviembre una guía sobre el sacramento

- D. ALANDETE WASHINGTON

Desafiante, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, regresó este fin de semana a la que durante décadas ha sido su iglesia, la de San José en Brandywine, Delaware, y tomó la comunión a pesar de que los obispos norteameri­canos iniciaron el viernes los trámites que pueden acabar con una negativa a que se le conceda el sacramento. El mandatario, solo el segundo católico en ocupar el puesto, ha rehusado pronunciar­se sobre la decisión de los obispos, como lo ha hecho la Casa Blanca. El Papa Francisco, mientras, ha optado de momento por no hablar públicamen­te del asunto.

La decisión de los obispos, reunidos hasta el viernes en su junta anual, ha provocado una atención inusitada en EE.UU. sobre el sacramento y sobre los católicos, algo insólito. Los grandes medios y los noticieros de radio y televisión analizan la comunión y las palabras de este Papa y los anteriores sobre si recibir ese sacramento es un privilegio o un derecho del católico. Biden, de regreso de un largo viaje en Europa, quiso visitar su iglesia el sábado por la tarde, para oír misa y tomar la comunión como hace cada fin de semana.

Tras oír misa, Biden visitó las tumbas de su primera mujer, Neilia, su hija Naomi y su hijo Beau, enterrados los tres en un cementerio aledaño. Pocos presidente­s ha habido tan practicant­es en su fe como Biden, aunque los obispos le critican su apoyo al aborto, y su decisión de levantar una serie de duras restriccio­nes aprobadas por Trump durante sus cuatro años de mandato.

El viernes, tras la decisión de los obispos estadounid­enses de elaborar un documento que establezca los criterios para tomar la comunión, Biden dijo, de forma muy lacónica, que «ese es un asunto privado». «De todos modos, no creo que suceda», añadió el presidente. Es cierto que a pesar de que los obispos decidan dotarse de ese documento, que en principio puede recomendar a los sacerdotes que nieguen la comunión a quienes apoyen el aborto, la decisión final será de cada uno de esos sacerdotes.

La propuesta de los obispos fue aprobada finalmente por 168 votos a favor, solo 55 en contra y seis abstencion­es. Ese documento que ahora se elaborará es un triunfo de los obispos críticos con Biden. Lo votarán en noviembre en otra junta, y si lo aprueban, a Biden, como a otros políticos que apoyen el aborto u otras acciones en contra de las enseñanzas de la iglesia, se les podría denegar la comunión. Según el Código de Derecho Canónico recibir la comunión es un derecho básico y «los ministros sagrados no pueden negar los sacramento­s a quien los pida de modo oportuno, estén bien dispuestos y no les sea prohibido por derecho recibirlos»

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