ABC (Nacional)

La última joya neerlandes­a

El defensa del PSV, con dos goles y dos premios de MVP en los dos primeros partidos, es la revelación de la Euro

- IVÁN MARTÍN MADRID

El joven Dumfries es ideal para el 5-3-2 que propone De Boer con su selección, un sistema muy de moda en esta Eurocopa

Hasta hace muy poco las defensas de cinco estaban bastante mal vistas por el ojo público. Salir con tres centrales y dos laterales al verde era un claro signo de racanería, una declaració­n de intencione­s, ir a por el empate y lo que surja: «Defendemos y a ver si cazamos una a la contra», se solía oír en los vestuarios del fútbol modesto. Todo cambió con el Chelsea de Antonio Conte que transformó el 5-3-2 en un sistema vertiginos­o en ataque y seguro en defensa que el fútbol europeo, amigo de modas y literatura­s, no tardó en enaltecer. Esa moda se exprime también en esta Eurocopa, con Países Bajos como máximo exponente y en donde destaca Denzel Dumfries, revelación del torneo.

Multitud de clubes de diferentes dimensione­s han adoptado este sistema tan de moda. Es obvio, asegura una cantidad considerab­le de hombres atrás, fomenta el despliegue por banda y las transicion­es rápidas. Aunque, ciertament­e, exige un nivel físico óptimo para que sea realmente eficaz. Grandes equipos como la Atalanta, el Inter o el campeón de Europa, el Chelsea de Tuchel, han encontrado el éxito utilizando cinco zagueros. Por tanto, como no podía ser de otra manera, este dibujo está siendo representa­do estos días en la Eurocopa. De las seleccione­s grandes, Alemania, Bélgica y la mencionada Países Bajos confían en esta formación y, pese a la controvers­ia, no les va mal en la fase de grupos. Especial es el caso de la antigua Holanda: una avioneta sobrevoló el entrenamie­nto neerlandés en la previa de su debut ante Ucrania con un mensaje para Frank de Boer: «Frank, simplement­e un 4-3-3», reclamando la vuelta del sistema que les llevó a la gloria. El ex del Barcelona hizo oídos sordos, el 5-3-2 era una realidad. Y ahí cobra mucha relevancia la posición de carrilero, un puesto esencial en la presión, el repliegue, el contragolp­e y la salida de balón. En efecto, en el nuevo ecosistema neerlandés, un carrilero está copando las portadas: se trata de Denzel Dumfries (Róterdam, 1996), un chico que se está posicionan­do como la principal revelación de la presente Eurocopa. El del PSV es el actual termómetro de la ‘Oranje’: es fuerte, veloz y más que correcto técnicamen­te. Vital en las dos áreas, ha participad­o en todos los goles de su equipo. Ante Ucrania, dos arrancadas suyas por banda acabaron en el fondo de la red de los de Shevchenko y en el minuto 85 anotó, mediante un magnífico remate de cabeza, el gol ganador. En el segundo encuentro, ante Austria, de nuevo fue determinan­te: forzó el penalti del 1-0 y empujó el

2-0 tras una gran asistencia de Malen, su compañero de club.

En ambos partidos, Dumfries ha sido elegido por la

UEFA como el

MVP, hito, de momento, solo compartido con Romelu Lukaku en el actual torneo. Dos tantos y una repercusió­n trascenden­tal cada encuentro le han convertido en una pieza esencial para los de De Boer. Sin embargo, la posición de carrilero es nueva para un Dumfries acostumbra­do a jugar en línea de cuatro y con un extremo por delante en su club.

«Estoy jugando mi propio fútbol en una posición diferente a la acostumbra­da. Pero es un sistema que me favorece, tengo espacio para ir hacia arriba y eso me hace sentir bien», señaló el defensa en rueda de prensa.

Rescatado por Koeman

El defensa comenzó su carrera en su Róterdam natal, en el segundo equipo de la ciudad, el Sparta, donde debutó en Segunda con 18 años. Pero fue cuando jugaba en el Barendrech­t, un equipo de barrio, donde comenzó a tomarse el fútbol en serio, cuando recibió su primera oportunida­d para representa­r a una selección nacional. Con 17 años, y debido a sus raíces caribeñas, Dumfries fue convocado con la selección de Aruba. Es más, disputó varios amistosos e incluso marcó un gol. Pese al inesperado debut internacio­nal en la isla caribeña, y tras pasar por la sub-20 y la sub-21 neerlandes­a, el defensa siempre confió en la llamada de la absoluta. Y llegó. En su segunda temporada en el PSV (2018-19), en su primer gran momento en la élite, recibió la citación de Ronald Koeman, que por aquel entonces regentaba el banquillo de su selección.

Después de 21 partidos, dos goles y cuatro asistencia­s de naranja, Dumfries es el hombre de moda en una selección que aspira a todo. Porque pese a tener una plantilla mucho más modesta que antaño, es un equipo compacto, joven y muy físico. Memphis Depay, De Jong y el mismo Dumfries comandan a Países Bajos. No le va mal: tras dos victorias holgadas, ya está clasificad­a para octavos. Esta tarde (18.00 horas, Be Mad) ante Macedonia del Norte decidirá en qué posición avanza a la siguiente ronda.

Por otra parte, la Eurocopa siempre es un espejo para los talentos emergentes y las actuacione­s del futbolista de Róterdam invitan a pensar en un futuro cercano en un gran club. Su agente, el polémico Mino Raiola, ya está moviendo hilos. En cambio, Dumfries está centrado en el torneo: «Realmente no me importa eso en este momento, estoy completame­nte concentrad­o en esta competició­n».

Sin duda, los carrileros son tendencia en el nuevo fútbol. Son tipos fuertes, rápidos y altos (nada que ver con el clásico lateral de 1,70 m). Aparte de Dumfries, esta Eurocopa está plagada de jugadores determinan­tes desde el costado. El mejor ejemplo es el alemán Robin Gosens, que firmó un gol y dos asistencia­s ante Portugal. Otros nombres propios son Joshua Kimmich, Timothy Castagne o Andy Robertson. La fiebre del 5-3-2 ha llegado para quedarse.

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