ABC (Nacional)

Me quedo con el facha de Sol

Sánchez ha convertido España en un engendro de culpables indultados y víctimas señaladas

- AGUSTÍN PERY

CADA VEZ que veo a Sánchez justificar los indultos recuerdo al facha aquel que vendía parafernal­ia franquista en un puesto de Sol con la honestidad de la que carece el presidente que padecemos. Y será el calor pero escucho a‘ yo soy el presidente del Gobierno de España’ y se me viene ala cabeza otra imagen que seguro confirma mis calenturas pre claudicaci­ón. La de una chiquilla magreada por unos cabestros en un portal cuando de vuelta a casa los padres obtusos le sueltan «hija, la falda tan corta y de noche, si es que vas provocando...». Eso es en lo que ha convertido el sanchismo nuestro país, un engendro donde se es demócrata o totalitari­o en función de sus intereses. Acojona. Uno ve en él la misma treta saducea que con el blanqueami­ento de los etarras. La culpa por abjurar ayer del mamoneo con los terrorista­s y hoy de los indultos se traslada de los delincuent­es secesionis­tas alas víctimas constituci­onal is tas. Senos exige ser generosos, responsabl­es, corajudos, compasivos y todos los adjetivos que en el nuevo testamento laico adornan al buen samaritano y condenan al pecador irredento. En tiempos de lo políticame­nte correcto, una censura tecnificad­a por su abuso continuo y sibilina desde su génesis en tiempos zapaterile­s, disentir es alejarse de la democracia para abrazar el fascismo. Fustigar a la víctima del delito y compadecer al autor será en la terminolog­ía al uso muy progre y tolerante pero a mí me parece su antónimo: un acto sectario por lo que tiene de dictadura travestida de democracia, que marcó ayer en su agenda un reencuentr­o en Barcelona entre amigos para mofarse de los reclutas del pelotón de los inmovilist­as, nosotros.

Pediría a Sánchez que nos ahorre la pirotecnia de un marketing de saldo con tufo a NODO y sea tan honesto como el facha de Sol. Hasta allí se acercó una maestra estadounid­ense ahíta de Steinbeck y Hemingway para soltarle al tipo atrapado en el peor de los tiempos: «¿No le da vergüenza? ¡Es usted un fascista!». La respuesta del interpelad­o fue antológica. «Gracias, señora, de verdad, no sabe lo que jode que te confundan con otros. ¿Quiere un llavero?». A Pedro solo le falta vendernos ‘merchandis­ing’.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain