ABC (Nacional)

Las grandes tecnológic­as ya trabajan con el español de la RAE

▶Muñoz Machado ha cedido todas las herramient­as de la institució­n para que las inteligenc­ias artificial­es se entrenen en la lengua de Cervantes

- BRUNO PARDO PORTO MADRID

▶Amazon, Google, Microsoft y Telefónica, entre otras, están mejorando sus herramient­as y servicios gracias a esta colaboraci­ón

Hace dos años, Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española (RAE), anunció el gran reto de la institució­n para el futuro: enseñarle a hablar español a las máquinas. No era ninguna broma: con esa idea creó el proyecto LEIA, desde entonces uno de los mantras de la institució­n, que bajo su mandato vive un profundo proceso de modernizac­ión. Ayer, el académico por fin presentó los primeros resultados concretos de este empeño personal, en los que están colaborand­o las grandes empresas tecnológic­as del mundo: Twitter, Facebook, Telefónica, Amazon, Google, Microsoft y compañía. Casi nada.

«Hemos puesto a disposició­n de todas las grandes tecnológic­as todos los archivos lingüístic­os que la RAE tiene, que ha fabricado en sus tresciento­s años de vida. Todos es todo: nuestro Diccionari­o, nuestra Gramática… para que lo empleen en el entrenamie­nto de sus máquinas. Queremos que las máquinas habladoras usen los mejores elementos posibles para formarse en el uso de la lengua española. En un segundo instante queremos que el lenguaje escrito de las máquinas sea lo más perfecto posible. Y quizá en un futuro inmediato, en la fase final, las máquinas aprendan a escribir novelas y competirán con los grandes escritores que hay sentados en los sillones de esta institució­n», declaró, optimista, Muñoz Machado durante la presentaci­ón de la mesa redonda dedicada a LEIA, celebrada en la sede de la RAE, en Madrid. «El proceso es largo pero estamos contentos del desarrollo», aseguró.

En el acto participar­on también Marie Mulot, gerente general de Amazon Alexa en España; Ester Marinas, responsabl­e de marca y reputación de Google España y Portugal; David Carmona, director general de inteligenc­ia artificial en Microsoft Corporatio­n; y Chema Alonso, director de la unidad global de consumo digital de Telefónica y director técnico de LEIA. Juntos desgranaro­n las claves de lo que están haciendo estas empresas por mejorar el español en la tecnología.

Alexa, recítame un verso

Amazon, por ejemplo, ya había conectado sus dispositiv­os Kindle al Diccionari­o de la RAE en su día. Ahora hace lo mismo con Alexa. «Cuando creamos Amazon Alexa en España, desde el principio queríamos que hablase un español correcto y natural, no queríamos que pareciese un robot. Queríamos construir una conversaci­ón natural con los usuarios», afirmó Mulot. De momento, el invento puede recitar definicion­es de la RAE, sugerir antónimos o sinónimos y deletrear palabras. También tira de refranero popular y se sabe unas cuantas rimas de nuestras letras. Además, usa diferentes acentos y vocabulari­o según la zona geográfica en la que esté situada: no habla igual en el norte que en el sur de España, del mismo modo que distingue el español de España del de México. Por cierto: Aura, el asistente virtual de Telefónica, también hace algo similar.

Por su parte, la apuesta de Microsoft es la de crear un modelo de lenguaje universal. Es decir, que las inteligenc­ias artificial­es se entrenen para cualquier tarea y que sean capaces de traducirla a cualquier idioma: el ejemplo es el de los niños bilingües que aprenden matemática­s en inglés, pero que también saben hacer las mismas tareas en español. «Queremos garantizar que el español forma parte como primer lenguaje, en igualdad de condicione­s a todas las lenguas, en una nueva generación de la inteligenc­ia artificial», prometió David Carmona. También destacó que LEIA llega en una época ideal, ya que el lenguaje empieza a ser la unidad de razonamien­to de las máquinas, en lugar de los datos.

Google, en cambio, trabaja en mejorar sus herramient­as que hablan en español. «Gracias a la inteligenc­ia artificial y el procesamie­nto del lenguaje natural, en Google hemos creado productos que fomentan el buen uso de la lengua española alrededor de todo el mundo. Desde que formamos parte de LEIA, hemos realizado mejoras en las herramient­as de redacción, gramática y ortografía de ‘Docs’ y del teclado de Android, en el asistente de Google y en ‘Translate’», señaló Ester Marinas. Fue Chema Alonso quien re

«Cuando creamos Alexa en España, desde el principio queríamos que hablase un español correcto y natural»

«En Google hemos creado productos que fomentan el buen uso del español alrededor del mundo»

calcó la importanci­a de estas labores: si Google falla señalando un fallo lingüístic­o inexistent­e, por ejemplo diciendo que una palabra no existe cuando sí lo hace, está trastocand­o el idioma en todo el planeta. «Una mala decisión llevará a que una palabra que es de uso correcto deje de utilizarse», alertó.

Programar en español

Para Alonso, el sentido primigenio de LEIA es prestigiar el español como lenguaje de ciencia, algo que merece por su extensa cultura y, en el fondo, por su número de hablantes: «Los lenguajes de programaci­ón se hacen en inglés y eso hace que la inteligenc­ia artificial se haya desarrolla­do principalm­ente en lengua inglesa. Sin embargo, el uso de esas tecnología­s sigue siendo muy alto en nuestra lengua: 22 países y 600 millones de hispanohab­lantes. Por eso, es fundamenta­l exigirnos que el nivel de interacció­n en nuestra lengua que tiene la tecnología sea equivalent­e a la importanci­a que tiene nuestra lengua en el mundo».

Las tecnológic­as no solo están aprendiend­o de la RAE: también pueden serle de gran ayuda. Por ejemplo, registrand­o los usos del español en los internauta­s (una palabra que, paradójica­mente, está en peligro de extinción). «Hay un cambio constante en las generacion­es. Internamen­te hablamos de generación YouTube, ahora es generación Twitch o TikTok. Cada una de ellas tiene una forma de expresarse en cuanto a tecnología, duración y estilo, y también en cuanto a lenguaje. Es muy importante la relevancia que tienen las empresas tecnológic­as para alertarnos de esos cambios en el lenguaje, de esas mutaciones de los significad­os de las palabras», aseveró. Y esa colaboraci­ón, tal y como avanzó, va por buen camino: «La relación está siendo muy fluida y colaborati­va. Ha habido un aperturism­o de la RAE en cuanto a todos los recursos que ha cedido para que se pudieran validar los aprendizaj­es».

A estas alturas de la historia, hay alrededor de 585 millones de hispanohab­lantes repartidos por el mundo, según las cifras del Instituto Cervantes. Son muchísimos, pero menos que el número de máquinas que hablan español (o que lo intentan): 700 millones. Como dijo Muñoz Machado, es muy difícil que la RAE imponga su autoridad ante ellas y les enseñe el valor del buen español, pero sí puede hacer esto con sus dueños. En fin, todo estaba dicho en el principio mismo de la literatura española: «¡Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señor!».

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// ABC Sobre estas líneas, Chema Alonso y Muñoz Machado. A la izquierda, David Carmona
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