Campamentos de verano... ¡para ir en familia!
·Diversas organizaciones ofrecen planes para que padres e hijos disfruten junto a otras familias con la misma inquietud de mejorar su vínculo y comunicación
Las familias son conscientes de las dificultades que supone diseñar un verano que compagine actividades atractivas para los hijos más pequeños y adolescentes –lo que no suele coincidir– y, además, que ofrezca tiempo a la pareja para desconectar y descansar. Con el objetivo de satisfacer a cada uno de ellos, pero de forma conjunta, cada vez más organizaciones de ocio cuentan en su oferta con campamentos diseñados para toda la familia. Se trata de una original alternativa a la de ir a un hotel o alquilar un apartamento en la playa debido a los programa de entretenimiento que ofrecen y los objetivos que plantean.
Los padres se dejan llevar por un minucioso plan de actividades «y no tienen que preocuparse por qué hacer en cada momento para que sus hijos estén entretenidos, con la tranquilidad, además, de que están atendidos por monitores profesionales –señala Leticia Águra de Lama, gerente de Grajera Aventuras–. Estudiamos los perfiles de cada familia y las agrupamos según la edad de los hijos para que tengan más intereses en común que compartir».
Por lo general, estas organizaciones cuentan con alojamientos agrupados por familias, o bien los adultos por un lado y los niños por otro, según edades, en casas o cabañas, y disponen de un atractivo plan de ocio que realizan en unas ocasiones juntos padres e hijos acompañados de otras familias con las mismas inquietudes y, en otras, los menores separados de sus progenitores.
Descubrir a los demás
«Es un excelente punto de encuentro que permite vivir experiencias peculiares y, sobre todo, conocerse en un ámbito distinto al hogar –asegura María Pastor, CEO de Atelier Tipi–. Los niños perciben a sus padres en un rol diferente al de ‘haz la cama, termina los deberes, no saltes...’, y observan cómo participan y afrontan retos, suben rocas, hacen el pino, cantan... Se asombran al verles en actitud competitiva, divertida y aventurera».
Pero los padres también descubren a sus hijos, puesto que muchos creen que no son capaces de relacionarse con los demás o superar solos ciertos desafíos. Se asombran al verles luchar y superar sus propios miedos. «Es decir, estas vivencias ofrecen una nueva perspectiva de nuestros seres más queridos al salir de la cotidianeidad», puntualiza María Pastor.
Según Daniel Reula, gerente de Anayet, empresa de ocio en el Pirineo Aragonés, el objetivo es fomentar las relaciones en las familias y que aprovechen al máximo la naturaleza. «No hay duda de que compartir situaciones nuevas favorece la comunicación, las risas y que superen juntos situaciones de tensión. Recuerdo a un padre que no se atrevía a saltar entre dos rocas distantes. Su hijo saltó delante de él para demostrarle que podía hacerlo y le gritó desde el otro lado «¡vamos papá, tú puedes!» La satisfacción de lograrlo juntos fue increíble».
Planes tematizados
Las actividades conjuntas están siempre dirigidas por monitores, al igual que los planes en los que solo participan los niños mientras los padres acuden a propuestas para adultos, como rutas de catas de vinos, o deciden ir libremente por su cuenta o descansar. Por la noche es habitual que tras la cena se realicen juegos en común para padres e hijos, o que se opte por veladas en las que los progenitores disfruten mientras los monitores se encargan de los pequeños.
Con el propósito de ponerlo aún más fácil a las familias que pretenden estrechar vínculos, Elisabeth Castro, directora del departamento de Viajes en Familia de MultiOcio Viajes, matiza que ofrecen estos campamentos también por fines de semana con el objetivo de que recarguen pilas. «Al ser un programa multiaventuras, padres e hijos se compenetran muy bien en cada actividad, de manera que cada vivencia se convierte en bonitos y divertidos recuerdos que fortalecen su unión. No hay duda de que las familias salen reforzadas».
En la amplia oferta también se incluyen campamentos tematizados. Joseph Parkin, director y fundador de la escuela Humanit.as, cuenta que en su escuela de idiomas tiene alumnos de 3 a 70 años. «Vemos que muchos padres quieren ayudar a sus hijos en inglés, pero no tienen los conocimientos suficientes. Por ello, se nos ocurrió la idea de hacer un campamento familiar en La Adrada (Ávila)».
Explica que el programa es muy variado, cada día distinto, aunque no lo adelantan para que siempre sea una sorpresa: yoga, montar a caballo, descubrir la flora y fauna del lugar, hacer experimentos científicos, simulacros, un puente de espaguetis... «Hay planes que comparten y otros que hacen por separado bajo la batuta de monitores que solo hablan inglés. Los niños se quedan muy sorprendidos de todo lo que son capaces de hacer sus padres y cada día les respetan más. Los ven como héroes, nunca imaginaron que podrían hacer cosas que hacen aquí. Se fomenta mucho la unión, hacen más piña... y aprenden inglés».