Isabel Díaz Ayuso
Pta. Comunidad de Madrid
«Quien lidera la oposición y va a gobernar en España es Pablo Casado, no yo. Cumplo con mi obligación al mostrar el Gobierno que España se está perdiendo»
Ayuso dejó claro que no piensa claudicar de su «obligación» de entrar en los debates nacionales cuando lo considere oportuno para defender los intereses de los madrileños. Negó, eso sí, que entre en competencia con Casado: «Quien lidera la oposición y quien va a gobernar en el futuro es él, y no yo». Recordó que lleva 17 años trabajando con él y le conoce lo suficiente para saber que no padece ningún complejo cuando ella entra en la batalla política nacional, como ocurrió la semana pasada con sus declaraciones sobre el Rey y su firma en los indultos. «No es un hombre de complejos y yo tengo varias obligaciones: la primera, mostrar el Gobierno que España se está perdiendo en este momento, también gestionar los servicios públicos y demostrar qué es la Comunidad de Madrid. Me importa más eso que supuestos complejos, que además no están sucediendo», explicó.
Por eso, cuando habla de los indultos, o del Rey, incluso después de que el presidente nacional de su partido zanjara la cuestión, lo hace porque es su «obligación», según remarcó. «Y si pretenden dividirme con el presidente de mi partido, se equivocan». Fue una reivindicación de su perfil propio y nacional, desde Madrid.
Aznar apoyó sin titubeos a la presidenta: «Isabel hace lo que tiene que hacer». Y se puso como ejemplo él mismo: «Cuando era presidente de Castilla y León también lo hice, y de ahí salió una alternativa nacional. Esa es la realidad». Lo que es lamentable, a su juicio, son todos aquellos presidentes autonómicos «que andan por ahí y que no dicen una palabra más alta que otra».
Aznar dedicó algunos elogios a Casado por su intervención en el Círculo de Economía de Barcelona, donde se mantuvo firme con sus argumentos contra los indultos a pesar de las presiones empresariales. «Estuvo en su sitio, hizo lo que tenía que hacer». El expresidente cree que estas últimas fechas son para recordar, como lo que han dicho algunos empresarios y los obispos catalanes: «Son días para apuntar, tener la cabeza y no olvidar».