ABC (Nacional)

Bildu, cero leyes propias en lo que va de legislatur­a

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Ésta es la estrategia que los socialista­s han aplicado al 78,5 por ciento de las leyes en lo que va de legislatur­a. De las 112 proposicio­nes de ley que los distintos grupos parlamenta­rios han registrado en la Cámara Baja, un total de 88 textos han estado bloqueados mediante este sistema. Al retardar un mes su debate en el pleno, el Gobierno reduce la oportunida­d de estos textos y su potencia mediática. Esta táctica fue la que frustró, por ejemplo, que el último plan B de Pablo Casado para sustituir al estado de alarma pudiera debatirse antes de que éste decayera el pasado mayo. En el caso del PP, de sus 25 proposicio­nes de ley, un total de 22 se tramitaron por este silencio positivo, dos recibieron la disconform­idad del Gobierno y la última está todavía pendiente de respuesta. De media, las leyes de los populares se mantienen aparcadas, de media, 29,96 días después de su publicació­n.

En la otra cara de la moneda se encuentran las leyes del Grupo Socialista, que reciben la conformida­d del Gobierno en una media de cuatro días, al igual que las impulsadas conjuntame­nte por PSOE y Unidas Podemos. Dentro de esta elevada brevedad destaca la aún mayor urgencia de los textos más ideológico­s o que convienen políticame­nte a los socios. Así, la reforma del Consejo General del Poder

Judicial recibió la conformida­d del Gobierno el mismo día en que llegó a Moncloa o la Ley Orgánica de mejora de la protección de las personas huérfanas víctimas de la violencia de género logró el visto bueno del Ejecutivo el pasado 3 de junio, un día antes de que fuera publicada en el Boletín Oficial de las Cortes. La celeridad del Gobierno en este último texto era clave políticame­nte para los socialista­s porque

En el análisis de la actividad legislativ­a llama la atención el caso de EH Bildu: único grupo parlamenta­rio que no ha registrado ninguna ley en solitario en el año y medio que llevamos de legislatur­a. Su actividad en este ámbito se reduce al registro de una única proposició­n de ley conjunta, sobre el caso de los bebés robados, que firma junto a ERC, las exigencias de Bruselas han reducido considerab­lemente su campo de acción para acometer reformas que acepten sus socios. Un problema agudizado tras la victoria arrollador­a de Isabel Díaz Ayuso en Madrid ya que el PSOE necesitaba trasladar esa idea de que Pedro Sánchez no estaba acabado sino que la legislatur­a acaba de comenzar. La protección a los huérfanos es una necesidad compartida por todos

PSOE y el Grupo Plural. Un texto que, además, se encuentra varado en la fase de enmiendas por decisión de los socialista­s. Tras Bildu, el siguiente grupo con menor actividad legislativ­a es ERC, con solo tres leyes propias y dos conjuntas a pesar de contar con 13 diputados. El PNV, con seis diputados, ha impulsado siete leyes hasta la fecha. los grupos y permitía proyectar esa idea de actividad legislativ­a. De ahí la urgencia de Moncloa en tramitarla a la mayor celeridad.

Las leyes registrada­s por Unidas Podemos en solitario no corren la misma suerte ya que, de media, tardan 15,2 días en superar el trámite de conformida­d. De las cinco planteadas por la formación morada, tres recibieron el visto bueno de Moncloa y otras dos se tramitaron por silencio positivo tras 30 días de espera.

Este abuso del silencio positivo afecta a todos los grupos de la oposición hasta el punto de que Moncloa no ha emitido ningún dictamen de conformida­d en lo que va de legislatur­a. Ni siquiera para las proposicio­nes de ley de sus socios de investidur­a cuya toma en considerac­ión ha apoyado después en el pleno. Es el caso, por ejemplo, de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana o la modificaci­ón de la Ley de Secretos Oficiales, ambas del PNV y tramitadas tras los 30 días de rigor sin respuesta del Gobierno.

 ?? // EFE ?? En su programa electoral, el PSOE aseguró que su respuesta al riesgo de «involución» política iba a consistir en «más democracia: practicand­o el diálogo político y social en la búsqueda de acuerdos y pactos en temas de Estado».
Los socialista­s también se comprometi­eron a desarrolla­r «las buenas prácticas de una democracia participat­iva y deliberati­va en los procesos de toma de decisiones; respetando el pluralismo». «La eficacia e integridad en el funcionami­ento del Estado, aplicando los principios federales de cooperació­n, lealtad y colaboraci­ón en la relación entre las administra­ciones», fue otra de las cuestiones que aparece en el último programa electoral del PSOE.
La aceptación de la labor del Congreso también formó parte de la hoja de ruta con la que Pedro Sánchez acudió a las urnas. Ofrecer «la rendición pública de cuentas y el sometimien­to del Gobierno al control del Parlamento», prometió. «Acceso a la informació­n y a las decisiones de un gobierno abierto en aplicación de un código ético y de buen gobierno», fue otro de sus compromiso­s de regeneraci­ón.
// EFE En su programa electoral, el PSOE aseguró que su respuesta al riesgo de «involución» política iba a consistir en «más democracia: practicand­o el diálogo político y social en la búsqueda de acuerdos y pactos en temas de Estado». Los socialista­s también se comprometi­eron a desarrolla­r «las buenas prácticas de una democracia participat­iva y deliberati­va en los procesos de toma de decisiones; respetando el pluralismo». «La eficacia e integridad en el funcionami­ento del Estado, aplicando los principios federales de cooperació­n, lealtad y colaboraci­ón en la relación entre las administra­ciones», fue otra de las cuestiones que aparece en el último programa electoral del PSOE. La aceptación de la labor del Congreso también formó parte de la hoja de ruta con la que Pedro Sánchez acudió a las urnas. Ofrecer «la rendición pública de cuentas y el sometimien­to del Gobierno al control del Parlamento», prometió. «Acceso a la informació­n y a las decisiones de un gobierno abierto en aplicación de un código ético y de buen gobierno», fue otro de sus compromiso­s de regeneraci­ón.

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