La misteriosa muerte de McAfee: criptomonedas y un aviso de ‘no’ suicidio
El magnate iba a ser extraditado desde España a EE.UU. por varios delitos fiscales
BARCELONA
El padre del popular software ‘antivirus’ McAfee, el excéntrico John McAffe, fue hallado muerto esta semana en una celda de la prisión de Brians 2 de Barcelona, donde estaba encarcelado desde octubre a la espera de ser extraditado a Estados Unidos por delitos fiscales. Su fallecimiento a la edad de 75 años creó un notable impacto en su país, del que huyó y donde toda la prensa recuerda ahora una trayectoria que acabó en paranoia, fuga y ¿suicidio? en España.
Las dudas sobre el final del millonario empresario beben directamente de los mensajes que antes de morir lanzó el propio McAfee en su Twitter, donde tenía más de un millón de seguidores. «No tengo nada. Sin embargo, no me arrepiento de nada», escribió la semana pasada. Poco antes, explicó una enigmática conversación en prisión sobre el tema del suicidio. «Hoy, un hombre que enfrenta una situación difícil me preguntó si conocía formas indoloras de suicidarse. Teniendo poca experiencia en eso, no fui de mucha ayuda. Lo sorprendente es que el tono de la discusión fue como hablar del clima», relató. No era la primera vez que el tema de la muerte autoprovocada sobrevolaba su mente. De hecho, McAfee, quien se presentaba a sus seguidores como un patriota amante de las mujeres, la aventura y el misterio, llegó a tatuarse en su brazo derecho la palabra «whackd» (noqueado), un aviso por si su vida acababa abruptamente. «Me lo he tatuado por si acaso. Si me encuentran suicidado, no lo habré hecho», dijo en 2019.
Por el momento, poco se sabe de los motivos que llevaron a McAfee a recalar en España. El caso está bajo secreto, pero su rastro digital dejó algunas pistas. Tal y como fue relatando él mismo a su legión de ‘fans’, la pandemia le cogió en Tarragona. Asimismo, varios medios –y algunas fotos colgadas por él– sitúan su domicilio en España en un viejo hotel semiabandonado de la localidad de Cambrils (Tarragona), donde ahora no quieren ni responder al teléfono si se pregunta por él. De hecho, cuelgan de inmediato en cuanto escuchan su nombre. Casualmente, el establecimiento en el que supuestamente vivía McAfee tampoco es ajeno a la polémica, aunque es difícil desenmarañar donde empieza y acaba la sombra del empresario.
Según confirmaron a ABC fuentes policiales, el hotel en el que presuntamente se alojaba el empresario fue objeto en 2018 de un operativo que descubrió allí una ‘granja’ de criptomonedas. Eso es, a grandes trazos, un complejo informático con potentes ordenadores que ‘minan’ divisas digitales, una actividad económica en auge en pleno ‘boom’ del Bitcoin que permite quedarse con una parte de las valiosas ‘criptomonedas’ que ‘descubran’ las computadoras con complejas operaciones matemáticas. Algunas de estas monedas hoy tienen en el mercado especulativo un valor de decenas de miles de euros.
El ‘minado’ descubierto hace años en el presunto hogar de McAfee no es ilegal en España, pero conecta con los delitos por los que se acabó deteniendo y casi extraditando al informático. No en vano, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos le acusaba de haber evitado millones en impuestos utilizando criptomonedas y canalizando el dinero a través de cuentas bancarias. Él, en la línea de su afición por las teorías de la conspiración, se negaba a colaborar con el sistema bancario tradicional y se reivindicaba como un verso libre perseguido por sus ideas.
El Síndic de Greuges, el defensor del pueblo catalán, anunció ayer la apertura de una investigación por la muerte de McAfee cuando estaba preso en Barcelona pendiente de ser extraditado. Según apuntó la institución, ha pedido al Departamento de Justicia de la Generalitat que informe «lo antes posible» sobre las circunstancias que han rodeado los hechos. Paralelamente, ‘El País’ informó del hallazgo de una nota en el bolsillo de McAfee cuyo contenido se desconoce.