ABC (Nacional)

La animación española amplía su límite con la realidad virtual

·El español James A. Castillo dirige ‘Madrid noir’, un filme interactiv­o coproducid­o con Facebook ·Los grandes estudios del mundo miran a España para fichar un talento que no puede desarrolla­r aquí su carrera

- FERNANDO MUÑOZ MADRID

No hay estudio de animación en el mundo que no tenga a varios españoles trabajando con ellos». Lo dice, porque lo ha vivido en primera persona, James A. Castillo, director español que regresa a casa desde Londres con su primera película bajo el brazo, ‘Madrid noir’. Pero pronto volverá a Reino Unido. O a Singapur. O a Estados Unidos… A cualquiera de los lugares donde, tras formarse en España, se fue a buscar las oportunida­des que aquí lo rehuían en un sector, el de la animación, donde sobra el talento pero falta una red empresaria­l potente que lo aglutine.

Como James, docenas de animadores y creativos españoles trabajan lejos de casa dando forma a las películas que después triunfan en el mundo. Aquí la animación apenas supone el 4 por ciento del sector audiovisua­l, aunque genera el 20 por ciento de su empleo y el 9 por ciento de la facturació­n. Eso sí, la mayoría de esos trabajos vienen del apartado ‘efectos visuales’ y no tanto de las películas, donde el año pasado solo llegó a estrenarse un largo animado patrio, ‘La gallina Turuleca’, que ganó el Goya al ser la única contendien­te.

«Es normal que en España se monte una empresa para hacer una película y cuando se acaba de rodar, la disuelvan», comenta Castillo. «No acaba de concretars­e esa idea de consolidar un estudio de animación que desarrolle proyectos, levante produccion­es, reúna dinero privado... Es como si faltara el engranaje que una el talento y la formación con las empresas privadas y las institucio­nes», explica. Pese a todo, logran abrirse camino. Así, en los últimos premios del Cine Europeo, ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’ y la coproducci­ón con Francia ‘Josep’ estaban nominadas a mejor cinta de animación del continente. Un premio que en 2018 ya recogió ‘Un día más con vida’, de Raúl de la Fuente. «Tenemos la parte emprendedo­ra, pero por ejemplo en Irlanda tienen el estudio Cartoon Saloon, que llevan años sacando producto irlandés al mundo y que está muy apoyado por su Gobierno», remata el cineasta, que teme que, tras el éxito de otro milagro español, ‘Klaus’, (que arrasó en los premios Annie en 2020), los creadores y animadores que vinieron a Madrid se vayan a París o a Lisboa. «¿Por qué no se quedan?», se pregunta James A. Castillo. «Si hubiera estudios y proyectos aquí, se irían enraizando y se mantendría el talento».

Nuevos horizontes

El último ‘Libro blanco de la animación’, publicado en 2018, apuntaba que el 26% de las empresas del sector en España están llevando a cabo desarrollo­s para realidad virtual o realidad aumentada, y que el 63% quería hacerlo en un futuro cercano. Ese futuro es ya presente para Castillo, que estrenará al público ‘Madrid noir’ en julio. Aunque para alcanzarlo tuvo que trabajar en Londres. Porque aquí cree que hubiera sido demasiado complicado de levantar. Por suerte, fuera encontró el apoyo directo de Oculus VR, la empresa que domina la realidad virtual en el planeta, propiedad de Facebook. «La tecnología de VR está siendo utilizada por institucio­nes culturales en el mundo, pero en España parece que solo pertenece a un nicho, el del videojuego, y no al cine», explica James. Si algunos productore­s de animación en España lamentan que sus compañeros del séptimo arte no consideran su sector ‘cine’, menos todavía la realidad virtual. «Aquí lo ven como un juego más que como una herramient­a con la que contar una historia», sentencia James.

Pioneros de la tecnología

«Todos los que nos adentramos en este territorio de la realidad virtual somos como pequeños Georges Méliès», cuenta Castillo, aunque pronto se ríe diciendo que quizá haya sonado demasiado pretencios­o. Donde no duda es al explicar que en esta tecnología hay mucho territorio por explorar. «No tiene un lenguaje estricto porque no se han hecho tantas pruebas como en el cine, donde todo el mundo coincide en cómo hacer las cosas. Aquí hay mucho de instinto y de encontrar maneras creativas para comuni

car bien las cosas e impresiona­r al espectador. Estoy seguro de que en unos años veré cosas que no sabemos que se pueden hacer con la realidad virtual y que nos volará la cabeza», remata.

De momento, en España hay un par de estudios en Barcelona y Madrid, pero lejos de la fuerza que tienen fuera. Hasta que no se consoliden, o hasta que las productora­s que han obrado milagros como los de ‘Buñuel...’, ‘Klaus’ o ‘Arrugas’ puedan encadenar proyectos detrás, parte del talento seguirá siendo reclamado por Pixar, Disney, Dreamworks... «Tenemos una cosa en España, y es una cultura visual muy potente. Fuera ven que hay una sensibilid­ad artística que les funciona muy bien; ven que el español tiene un peso cultural que lo tiene que expresar y eso lo aprecian fuera».

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 ?? // ABC ?? James A. Castillo junto al cartel de ‘Madrid noir’. Arriba, fotogramas del filme, rodado en realidad virtual
// ABC James A. Castillo junto al cartel de ‘Madrid noir’. Arriba, fotogramas del filme, rodado en realidad virtual
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