El Coliseo de Roma restaura sus galerías subterráneas bajo la arena
Una pasarela de 160 metros abre a los visitantes una zona hasta ahora inaccesible
Vuelve a su antiguo esplendor el Coliseo, con la restauración de los hipogeos, la estructura subterránea del monumento símbolo de Italia. Están rodeados por un muro perimetral y 14 tabiques que dan paso a una red de 15 pasillos anulares en los que se pueden apreciar todas las huellas del pasado. Alfonsina Russo, directora del Parque Arqueológico del Coliseo, resalta la importancia de esta restauración: «Devolvemos al público un monumento en el monumento, que se puede disfrutar con una pasarela de 160 metros y una app descargable que explica los hipogeos, que fueron los bastidores («backstage») de los espectáculos».
Esta es la segunda fase del compromiso del Grupo Tod’s (un holding de moda) con el monumento, el más visitado de Italia. La primera fase concluyó con la restauración de la fachada exterior del Coliseo, que finalizó en 2016. El proyecto continuará con la restauración de las galerías de segundo orden del Anfiteatro Flavio y con un centro de servicios a la zona exterior, para permitir a los visitantes acceder al monumento de una forma más cómoda. La completa fruición del Coliseo llegará en 2023, cuando se termine de construir una nueva arena, que será reversible y ecosostenible, en la que se celebrarán eventos culturales. El pavimento será de madera, con un sistema de paneles de fibra de carbono. Para construir la plataforma de 3.000 metros cuadrados, el presupuesto es de 15 millones de euros.
De momento, los 20.000 visitantes que diariamente acuden al Coliseo podrán desde hoy, con cita previa, adentrarse en los subterráneos del monumento que albergaban las complejas máquinas escénicas que permitían asombrar al público con los espectáculos de todo tipo que se desarrollaban en la arena. Los hipogeos constituían un laberinto en el que, además de los espacios para las bestias, había vestuarios y lugares de preparación de los gladiadores. En el pasillo central de los subterráneos se encontraban las máquinas escénicas y los equipos para la realización de los espectáculos. Los pasillos albergaban también 24 plataformas móviles y 28 ascensores de madera que contenían las jaulas elevadas por cabrestantes. Uno de esos montacargas fue reconstruido siguiendo los métodos originales, en 2015, para ayudar a los visitantes a comprender en parte el trabajo que se realizó durante cuatro siglos bajo la arena del Coliseo, inaugurado en el año 80 d.C., por el emperador Tito, con 100 días dedicados a juegos, en los que se mataron más de 5.000 fieras. Podía acoger entre 50.000 y 70.000 personas. Se le dio el nombre de Anfiteatro Flavio, en referencia a la dinastía Flavia de emperadores que lo construyeron. Después se denominó Coliseo, por la estatua colosal recubierta de bronce representando a Nerón. Era equiparable al Coloso de Rodas.
A la inauguración de ayer acudió el ministro de Cultura, Dario Franceschini, quien elogió al presidente del Grupo Tod’s, Diego Della Valle, por su «acto de mecenazgo, mucho antes de que se introdujeran las ventajas fiscales del ‘Art bonus’». Della Valle hizo un llamamiento a los empresarios para que se pongan en este momento al servicio del país: «A mi mundo, el de las empresas, grandes, fuertes, les digo que ya no es el momento de preguntar qué puede hacer el Gobierno por nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por los demás».