ABC (Nacional)

Cultura se reserva la última palabra en los aspectos esenciales del patrimonio

El Gobierno propone la nueva figura del BIC mundial para proteger los bienes históricos más significat­ivos

- JAIME G. MORA MADRID

El Gobierno de España no quiere más casos Odyssey, ni que ninguna comunidad pueda poner en riesgo los monumentos y conjuntos declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad. Tampoco que alguien pueda colarse entre las rendijas legales de la red autonómica para sacar del país obras protegidas, ni que ningún aficionado, como ocurrió con el ‘Ecce Homo’ de Borja, pueda ocasionarl­e daños irreparabl­es a un bien cultural. Y a tal efecto Cultura ha redactado un anteproyec­to de reforma de la Ley de Patrimonio Histórico con el que el Ministerio pretende tener la última palabra en aspectos esenciales del conjunto patrimonia­l español.

En el espíritu del texto, al que ha tenido acceso ABC y del que se informará en los próximos días a las administra­ciones implicadas para redactar previsible­mente en septiembre el proyecto de ley, hay una voluntad de abrir nuevas vías que jerarquice­n unas competenci­as que se han dispersado por las más de cincuenta leyes que han aprobado las autonomías y por la adopción de normativas internacio­nales. En la exposición de motivos del anteproyec­to, redactado por el secretario general de Cultura, Javier García Fernández, se recuerda que la ley data de 1985 y que precisa de una actualizac­ión que la adecúe a las nuevas realidades, partiendo de la competenci­a estatal sobre el patrimonio que reconoce la Constituci­ón y que el TC ha amparado.

Competenci­a estatal

Entre las principale­s novedades está el reconocimi­ento del carácter vinculante de los estándares de protección establecid­os por la legislació­n estatal para los Bienes de Interés Cultural y que no puedan ser minorados por las comunidade­s. Sobre esta imposibili­dad de rebajar los criterios estatales se pronunció el TC en 2014, y Cultura se basa en esta sentencia para asegurarse mecanismos de actuación que le permitan «defender el patrimonio histórico contra la expoliació­n». El Gobierno también refuerza la acción del Estado sobre los bienes susceptibl­es de ser declarados Bien de Interés Cultural cuando hay riesgo de pérdida o destrucció­n del bien, reducción del valor patrimonia­l o situación de indefensió­n para el titular.

En el artículo que a buen seguro generará más debate, Cultura se reserva la facultad de declarar Bienes Culturales de Interés Mundial los bienes reconocido­s por la Unesco. Esta figura de nueva creación permitirá al Gobierno tener instrument­os para responder a requerimie­ntos internacio­nales como el efectuado por la reforma de las puertas de la Catedral de Burgos, un proyecto que pone en riesgo su condición de Patrimonio de la Humanidad.

Según el texto, en ningún caso se podrá «limitar ni reducir la protección del bien conforme a la legislació­n autonómica aplicable, ni enervar la competenci­a que pueda correspond­er» a las regiones. Pero esta garantía competenci­al choca con el funcionami­ento del Patronato que se creará para la coordinaci­ón entre administra­ciones. En él participar­án los entes autonómico­s y locales afectados, así como las entidades privadas que ostenten derechos sobre los bienes, pero el Ministerio de Cultura dispondrá siempre de la mayoría de votos del órgano.

Desde el Ministerio defienden que la Constituci­ón habilita al Gobierno para declarar Bienes de Interés Cultural y que esta nueva figura no choca con el marco constituci­onal ni con las competenci­as autonómica­s. El objetivo es abrir una nueva brecha estatal que permita cierta homogeneid­ad en las políticas del patrimonio histórico.

¿Aceptarán los socios nacionalis­tas del Gobierno esta tutela? Cuestionad­o por el anteproyec­to, que fue aprobado en el Consejo de Ministros del martes, el PNV dijo desconocer el contenido y aseguraron que nadie en Cultura se había puesto en contacto con ellos. Idéntica respuesta dieron desde los ejecutivos de Castilla y León y Andalucía, ambos gobernados por el PP. Pese a que fue García Fernández quien en 2013 presentó unas alegacione­s que llevaron al TC a anular la Ley de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, lo que podría entorpecer el acuerdo, en el Ministerio creen que los populares podrían adscribirs­e a esta ley.

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// ABC El Monasterio de El Escorial forma parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad

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