En Colombia apuntan alto
Asegura el presidente colombiano que «nuestras instituciones están por encima de cualquier amenaza», pero lo cierto es que, en todo lo alto, a Iván Duque le disparan desde el suelo con fusiles militares. El ataque sufrido por el helicóptero en el que viajaba, acompañado por los ministros de Defensa e Interior y el gobernador del departamento de Norte de Santander, revela las dimensiones crecientes de la ola de criminalidad y revueltas que desde hace varias semanas desestabiliza la democracia colombiana. Al otro lado de la frontera y a río revuelto, Nicolás Maduro se frota las manos. «Nuestro Estado es fuerte, Colombia es fuerte», clama Duque tras salvar la vida. Los enemigos de la democracia, sin embargo, apuntan cada vez más alto.