Un mar de leyenda
aviso pero incluso cerca de la costa, a apenas 50 millas, «pueden pasar hasta cuatro días sin que te cruces con un barco». Esta ruta desde el oeste «la transitan pocos, los que lo hacen van pegados a la costa de las islas o del continente», no es zona de pesca habitual. A 150 millas, la línea de la esperanza ya se esfuma, «a no ser que pase un mercante o barco de pesca, que se desvíe porque encuentra un poco de atún más lejos»; la posibilidad de rescate «se convierte en un milagro». Aunque a veces pasa. sabe de él. Su hermana quiere seguir buscándolo, en albergues y centros de acogida de inmigrantes en las islas, aunque teme no volver a verle más. En esta embarcación también viajaba un bebé, y aunque se sospecha que se hayan perdido para siempre en el mar, aún hay confianza de encontrarlos con vida. Ella sigue rezando por localizar a su hermano en algún punto del horizonte.
Los 278 kilómetros cuadrados de puzle insular esconden más de un misterio y leyenda. La isla de San Borondón, que aparece y desaparece junto a El Hierro, es parte de la historia viva de Canarias, pero no la única. Desde los piratas al franquismo, los nombres de barcos desaparecidos se cuentan por decenas.
Es el caso de El Fausto, un pesquero de 14 metros de eslora al que se le perdió la pista entre el 20 y el 21 de julio de 1968. La travesía se antojaba corta, sin sobresaltos ni riesgos, en la tarea de transportar plantones de platanera a la isla de El Hierro. Tras un retraso que activó al Servicios Aéreo de Rescate, localizaron la embarcación con Omar, tras días de viaje y semanas sin dar noticias, pasa a engrosar la lista de desaparecidos de la Ruta Canaria, la más mortal de Europa.
En 2020 se localizaron 850 muertos en este recorrido, lo que significa que de 27 inmigrantes que lo logra, uno muere o desaparece en el mar. La ONG Caminando Fronteras sabe que este número es mucho mayor. Desde todos sus tripulantes en buen estado tras días a la deriva. Volverían por su cuenta, pero nunca llegaron. Se desplegó una flota de barcos y aviones para dar con la embarcación durante meses, hasta que en agosto se les dio por desaparecidos.
Dos meses después, el buque italiano Anna di Maio avisó de una embarcación en el corazón del océano, a la altura del Trópico de Cáncer. En su interior, un cuerpo momificado y desnudo junto al dispositivo de radio. Decidieron remolcar la embarcación a Puerto Cabello, en Venezuela, pero El Fausto se volvió a esfumar. Un cabo cortado provocó que el pesquero volviese a ese estado de misterio. esta entidad hablan del doble de personas muertas, 1.851, una cifra terrible que coincide con las estimaciones de Cruz Roja, que marca el número de fallecidos entre un 5 y un 8%, de 1.151 a 1.841. En 2021 se sabe que han perdido la vida intentando llegar a Canarias en patera 87 personas, de las cuales solo se han recuperado 54 cuerpos.
El vicepresidente de la Moroccan Association for Human Rights (AMDH), Omar Naji, asegura a ABC que «no hay cifras exactas de las desapariciones en el mar de camino a las islas Canarias», pero basándose en las entrevistas con las familias, el número podría superar los 200, tan solo contando con aquellos que partieron desde el sur de Marruecos hasta el archipiélago.
Se recibieron cerca de 40 cadáveres en los hospitales de El Aaiún y Dajla, rememora, todos de personas recuperadas en el mar de camino a la frontera sur de Europa. «A esto hay que añadir los desaparecidos en el camino desde el norte de Mauritania a Canarias, que también son unas cuantas decenas», advierte Naji. Las familias se ponen en contacto con él y su organización para tratar de localizar a sus cercanos y siguen buscando a sus familiares a un lado y otro de la frontera.