Jóvenes andaluces se protegen tras por el macrobrote de Baleares
Victoria es una joven universitaria que ayer, el ‘día de la liberación’ paseaba por la calle San Francisco de Cádiz con su mascarilla FPP2. Aseguraba a ABC que «de momento, no me la voy a quitar a no ser que esté en un espacio muy amplio y con seguridad porque no estoy vacunada y me da un poco de miedo tal y como están las cosas entre la gente de nuestra edad». Recuerda la situación que están viviendo muchos estudiantes que han realizado un viaje de fin de curso a Baleares y que ahora están «contagiados y confinados en sus casas» y por ello asegura que ha optado por ser «prudente» hasta que haya más seguridad.
Ramón y Carmen salieron al mercado y a varios comercios de la capital con sus mascarillas, tal y como marcan las normativas sanitarias. Pero, aseguraron, «en cuanto hay una calle que no esté muy transitada y con un espacio amplio nos las quitamos. Han sido muchos meses con ellas y ya estamos cansados». Consideran que la decisión del Gobierno «ha sido tomada muy pronto», por lo que abogan por la prudencia a pesar de estar ambos vacunados con la pauta completa. Rosa y sus dos hijas paseaban mostrando su sonrisa por la calle Ancha. «Nos parece razonable que podamos prescindir de las mascarillas al aire libre ya que, si en los bares nos las podemos quitar, más aún en un espacio abierto». Las jóvenes afirman que «ya es hora de que empiecen a vacunar a los de nuestra edad para estar tranquilos». Es la misma opinión de dos enfermeras. «Había que empezar por las personas mayores pero los jóvenes tendrían que haber sido también prioridad y no dejarlos para lo último ya que ahora son los más vulnerables».