Un demócrata y un gregario de la política

Pepe Camarasa

El que fuera diputado del PSPV-PSOE en las Cortes valencianas fallece a los 68 años de edad

Pepe Camarasa ha muerto joven. De edad, porque apenas tenía 68 años, y de espíritu. Combativo y socialista hasta la médula, Pepe Camarasa dignificó la política. Vehemente en la defensa de sus ideales, el que fuera diputado del PSPV-PSOE entre los años 1999 y 2009 siempre respetaba las opiniones contrarias por mucho que no estuviera de acuerdo con ellas. Un demócrata con mayúsculas.

Pepe Camarasa ya había superado como un jabato las vicisitudes que le había puesto por delante la vida en forma de enfermedad, pero esta vez no ha sido posible.

Fue un honor tratar con él tanto como periodista como compañero en aquellas inolvidables tertulias de televisión en las casi nunca llegábamos a un entendimiento pero siempre nos despedíamos con un abrazo y, reconozco, ansioso de volver a coincidir con él. Debatir con Pepe Camarasa era un placer. Daba igual que fuera en un plató que en aquellas mascletás que cada año compartía con la Redacción de ABC en la antigua sede la Delegación de Valencia en la Plaza del Ayuntamiento.

Nacido en 1952 en Caudete, en la provincia de Albacete, y diplomado en Gestión Económica de Centros Hospitalarios, Camarasa fue jefe de gabinete de la Consejería de Sanidad a las órdenes de Joaquín Colomer de 1988 a 1992 y, posteriormente, diputado del grupo socialista en las Cortes valencianas entre 1999 y 2009 y alma máter del PSPV en la ciudad de Valencia. De hecho, cuando su partido tocó fondo, Pepe Camarasa, un gregario de la política, tomó las riendas para su reestructuración.

Desde el Parlamento autonómico trabajó para desentrañar la trama de Terra Mítica que, con el paso de los años, acabó en los tribunales con una sentencia condenatoria.

El ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, ha definido a Pepe Camarasa como un «amigo y compañero, buen consejero y maestro, socialista cabal, honrado, inteligente y mordaz». Un resumen certero en 113 caracteres para evocar la figura de un hombre bueno que nos ha dejado demasiado pronto.