ABC (Nacional)

La mina del yo

Parte de la trama de ‘Maricón perdido’ transcurre en la Sauna Adán, la del suegro de Pedro Sánchez y los papeles de Villarejo

- HUGHES

Se puede ver ahora en Movistar (TNT) la serie ‘Maricón perdido’, del escritor Bob Pop (Roberto Enríquez) sobre su propia vida. Se ve con facilidad, tiene instantes de delicadeza y humor, y resulta interesant­e cuando acierta e incluso más cuando yerra.

Parte de ella transcurre en la Sauna Adán, la del suegro de Pedro Sánchez y los papeles de Villarejo. Solo por esto ya puede pasar a la historia. La sauna aparecía en un libro de Bob Pop, ‘Mansos’, donde cuenta que los clientes no pronuncian Adán, sino Adan, como el nombre Adam en inglés. Este lugar es un ‘locus consensus’, trastienda donde el consenso se hizo desnudo, húmedo, iniciático y libidinoso, y merecía ser recogido en la creación española.

El título, maricón perdido, con su brutalidad descriptiv­a y condenator­ia, lo dice todo, pero el autor recurre a una especie de mecanismo almodovari­ano que transforma, estilizánd­ola, la hostilidad del entorno. Se percibe en la captación entrañable del ambiente de esos años (Los Pecos) y en los estupendos personajes femeninos, sobre todo el de Candela Peña, la madre, que es un hito en la representa­ción (abundante) del ama de casa española de los ochenta. Los actores están muy bien.

La serie, producida por El Terrat, es puro zeitgeist, espíritu del momento. El tocamiento indagatori­o del niño de posguerra ha sido sustituido en España por el trauma del niño gay. El niño homosexual y además gordo en un entorno atroz es la fuente de legitimida­d del régimen. Ese niño es liberado por el PSOE, y será liberado en cada serie, en cada libro, en cada cosa. Es como nuestro niño del Biafra. Hay países que quieren acabar con el hambre del mundo, o llevar al hombre a Marte, o anexionars­e una isla vecinal: España quiere que ningún niño gordito y gay vuelva a sufrir.

La serie transpira un extraño narcisismo y acaba con un episodio docurreal a modo de justificac­ión, de colmo y acabose: ficción, ‘faction’ y hasta facción se juntan y el Bob actual se reúne con su ídolo y con el niño que fue y acaba mirándose a un espejo que para colmo es múltiple. Es un poco ‘demasié’, pero es lo que hay.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain