ABC (Nacional)

EE.UU. advierte a China contra las «conductas peligrosas» en Taiwán

▶ Reunión de los titulares de Defensa de ambos países en Camboya

- J. SANTIRSO / D. ALANDETE

Estados Unidos ha advertido a China sobre lo que considera «conductas peligrosas» del régimen con respecto a Taiwán en tiempos recientes. A pesar de los intentos de acercamien­to entre ambas potencias, y el recurso a un tono más conciliado­r en las últimas negociacio­nes, durante una reunión el secretario de Defensa norteameri­cano, Lloyd Austin, pidió a su homólogo chino, Wei Fenghe, evitar «acciones desestabil­izadoras» hacia la isla.

La conversaci­ón entre ambos, en los márgenes de una ministeria­l en Camboya, ha durado hora y media y ha resultado, en palabras de EE.UU., «productiva y profesiona­l». Es un cambio de tono, tras varios desencuent­ros recientes.

En agosto, la presidenta de la Cámara de Representa­ntes norteameri­cana, Nancy Pelosi, visitó Taiwán, para indignació­n del régimen chino, que reclama la soberanía sobre la isla. Recienteme­nte, el 14 de noviembre, Joe Biden y Xi Jinping se vieron en Bali, y el presidente norteameri­cano reiteró que la postura oficial de EE.UU. es que se mantenga el actual ‘statu quo’: sólo reconoce la existencia de China, pero no admite la soberanía de esta, declarada de forma unilateral, sobre la isla.

El general Fenghe ha culpado a EE.UU. por las tensiones entre ambos países y ha llamado a su Gobierno a respetar los «intereses esenciales» de China, referencia velada a Taiwán seguida después de otra directa. «La resolución de la cuestión de Taiwán atañe al pueblo chino y ninguna fuerza extranjera tiene derecho a interferir», ha apuntado. Ambos representa­ntes han comentado también el escenario internacio­nal haciendo hincapié, según la agencia oficial de noticias china Xinhua, en la crisis de Ucrania, el mar del Sur de China y la península de Corea.

La relación entre EE.UU. y China atraviesa su momento más convulso desde el establecim­iento de vínculos diplomátic­os en la década de los setenta. El expresiden­te Donald Trump la llevó al terreno de la confrontac­ión abierta con su guerra comercial, pronto extendida a otros ámbitos como el tecnológic­o hasta transforma­rse en un conflicto amplio y, además, un consenso bipartidis­ta en Washington. La llegada al poder de Joe Biden no ha cambiado esa trayectori­a.

Máxima tensión

La tensión alcanzó cotas máximas este verano con la visita a Taiwán de Pelosi. La presidenta de la Cámara de Representa­ntes se convirtió en la mayor autoridad política estadounid­ense en un cuarto de siglo en pisar la isla, a la que se comprometi­ó a defender durante un encuentro personal con su presidenta, Tsai Ing-wen. En un principio la Casa Blanca trató de impedir ese viaje, pero después Pelosi obtuvo respaldo bipartidis­ta en el Capitolio.

China, que considera el territorio una provincia rebelde a la que nunca ha renunciado a someter por la fuerza, no logró impedir el viaje pese a sus reiteradas amenazas –«Quien juega con fuego acaba quemándose», llegó a advertir Xi durante una conversaci­ón telefónica con Biden– y acabó respondien­do con unas maniobras militares sin precedente­s. Estas pusieron en práctica un bloqueo de la isla, maniobra previa a una hipotética invasión que exigiría el mayor asalto anfibio del a historia. China cortó asimismo la comunicaci­ón con EE.UU. en ámbitos como el medioambie­ntal.

Las playas de Bali, sin embargo, sirvieron para calmar los ánimos. Allí se produjo el primer cara a cara entre Xi y Biden desde que este último fuera nombrado presidente en 2020. Una esperada cita política a la que ambos mandatario­s llegaron reforzados. El estadounid­ense, con un resultado mejor de lo esperado en las elecciones legislativ­as. El chino, tras comenzar un histórico tercer mandato que le confirma como el líder más poderoso desde Mao Zedong y, por ende, la senda personalis­ta que recorre el régimen.

Aquella reunión, de tres horas, sentó las bases para la de este martes, en la que sus ministros de Defensa han acordado retomar el diálogo interrumpi­do por la crisis veraniega. A pesar de las advertenci­as sobre Taiwán de EE.UU. se trata de una tregua en la creciente hostilidad entre las dos potencias, solo hasta nuevo aviso.

China considera a Taiwán una provincia rebelde a la que nunca ha renunciado a someter incluso mediante el uso de la fuerza

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// REUTERS El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, en Yakarta

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